Fisioterapia en España: la aventura internacional de Justine y Paul

Justine y Paul son dos futuros fisioterapeutas franceses que han elegido formarse en Fisioterapia en España. Y, por ello, son unos valientes.

Ellos forman parte de la primera generación de estudiantes de nuestro grado en Kinésithérapie, aunque no son los únicos compatriotas francófonos que pueblan nuestro campus de Elche. Antes que ellos, cientos de compañeros franceses ya habían elegido nuestra universidad para perseguir su sueño: convertirse en fisios en un centro de prestigio, que les ofreciera la formación práctica necesaria para el ejercicio profesional, y con todas las garantías que les permitirán encontrar un empleo una vez graduados.

Justine, Paul, ¿de dónde viene lo vuestro con la fisioterapia? ¿Se trata de una vocación espontánea o es algo que os viene de familia?

J: Nadie en mi familia trabaja en el área sanitaria, pero yo siempre he querido dedicarme a ella. En realidad, la decisión me vino bastante tarde, pero tuve que lanzarme a la aventura. Sabía que, si no lo intentaba, acabaría por arrepentirme. Intenté pasar la PACES («Première Année Commune aux Études de Santé«), pero no tuve suerte y, como no quería renunciar a mi vocación, decidí venir a España a estudiar Fisioterapia.

P: A mí siempre me ha gustado todo lo relacionado con la naturaleza y el medio ambiente, así que fue una opción de estudios que siempre tuve en mente. Sin embargo, la rama sanitaria me viene de familia: mi padre es fisioterapeuta, con clínica propia, y mi madre es enfermera. Así que, con un medio inmediato tan relacionado, lo más lógico para mí era decantarme por los estudios de Fisioterapia.

Aunque todavía estáis en primer curso, ¿qué es lo que más os atrae de esta carrera?

J: A mí, sobre todo, que esté relacionada con la salud. Personalmente, practico muchísimo deporte, así que estudiar Fisioterapia es para mí una forma muy natural de unir ambas disciplinas. Evidentemente, el contacto humano y la rehabilitación son cosas que siempre me han apasionado. También como paciente he estado en contacto directo con la profesión, puesto que arrastro una lesión de rodilla a raíz de mi actividad como gimnasta artística. Sin duda, ese contacto también me ha reafirmado en mi vocación.

Y, ¿cómo entrasteis en contacto con el CEU de Elche? Pero, sobre todo, ¿qué os dijeron vuestros familiares y amigos cuando les anunciasteis que os veníais a España a estudiar Fisioterapia?

P: En primer lugar, y creo que todos mis compañeros estarán de acuerdo, en España el acceso a los estudios es más fácil que en Francia. Para ser fisioterapeuta en Francia hay que pasar primero por unos estudios generales de Medicina, y es realmente muy complicado. Hay muchísimos candidatos y la selección es realmente dura. Yo decidí venir a España a estudiar Fisioterapia porque, además de seguir mi sueño, hablo el idioma y es un país con un clima y una cultura magníficas. Estudiar y vivir en España realmente es una experiencia muy agradable.

«Como francófono, es una ventaja poder estudiar el primer curso en mi lengua: ¡quién iba a decir que no a esa oportunidad!»

Cuando me lancé a la aventura y decidí venirme, tanto mis amigos como mi familia me apoyaron: los estudios van por delante, la vocación es lo primero y eso es lo más importante.

J: Después de mi experiencia con la PACES, me planteé distintos destinos para mis estudios. Dejar la oportunidad de estudiar lo que quería no era una opción, así que pensé en Suiza, Bélgica, España… Y claro, el clima y la posibilidad de aprender un nuevo idioma me trajeron aquí. Además, conocía a personas que ya estaban estudiando aquí y acabaron de convencerme. Al principio puede parecer duro, sobre todo para la familia, ¡pero salir de Francia y formarte en el extranjero es una experiencia positiva a tantos niveles!

Ahora soy feliz, estudio lo que siempre he deseado y todo el mundo apoya mi decisión.

Son sólo cuatro años de carrera que, además, veréis que pasan volando. Por eso, no está de más empezar a pensar ya en vuestro futuro profesional: ¿dónde os veis, una vez terminéis los estudios?

J: Al principio, mi idea era volver inmediatamente a Francia para ponerme a trabajar pero, conforme pasa el tiempo, me atrae cada vez más la idea de quedarme un tiempo por aquí. Quizás trabajar aquí unos años, vivir mi profesión… ¡resulta que España me gusta más de lo que esperaba! Realmente, me encuentro feliz aquí. Eso sí, cuando vuelva a Francia me gustaría completar mi perfil profesional, posiblemente con algo relacionado con la osteopatía.

Paul Clermont-Maurel, estudiante internacional de Fisioterapia en la CEU UCH

P: Yo también quería volver a Francia, pero todavía nos quedan cuatro largos años por delante en los que todo puede cambiar. Y por delante también nos quedan muchas horas de prácticas, encuentros profesionales, experiencias personales. Quién sabe, quizás me atraiga más la forma de ejercer la profesión aquí. Como digo, muchas cosas pueden cambiar, pero lo cierto es que España nos ha acogido hasta ahora de una forma extraordinaria.

Estudiar Fisioterapia en España: un nuevo país, una nueva lengua

Aunque somos países vecinos, indudablemente existen diferencias entre Francia y España. ¿Qué pensáis de nosotros, los españoles, y de la vida aquí en nuestro país?

J: Cuando llegué a España no comencé mis clases de forma inmediata, así que disfruté de un período de adaptación al ritmo de vida español. Es cierto que es totalmente diferente al nuestro, sobre todo con los horarios. Esto hace que, curiosamente, por las tardes me encuentre un poco más cansada que cuando vivía en Francia, pero nada demasiado importante. Me he acostumbrado rápidamente al estilo de vida español: siento que las jornadas son un poco más largas, las tiendas y restaurantes abren hasta bastante más tarde… De hecho, si soy sincera, casi me gusta más el ritmo español que el francés.

Sobre los españoles, no conozco a muchos en la facultad porque estudiamos en un grupo francófono. He podido conocer a gente fuera de clase, haciendo deporte, y la verdad es que son muy simpáticos. En general, es muy fácil entablar conversación con los españoles. Además, cuando no entendemos algo, nunca tienen problemas en repetir, hablar más lentamente o cambiar al inglés, ¡no hay problemas de comunicación!

P: Para mí, es sobre todo el tema de los horarios. La jornada pasa más rápido que en Francia porque nos levantamos a la misma hora, pero parece que trabajamos más intensamente. Terminamos a las 14h00 más o menos, y a partir de ahí nos queda la tarde para estudiar, revisar notas o divertirnos.

Los españoles son, en general, mucho más abiertos que los franceses. Podemos hablarles de forma muy directa y sobre temas que son difíciles de abordar en Francia. Cierto es que, en la universidad, es difícil conectar con españoles porque la cantidad de franceses que hay es enorme, y mis compañeros de piso también son franceses. Es en las actividades extraescolares cuando puedes conocer gente local. Yo, por ejemplo, practico mucho la petanca y a un buen nivel en Francia. Nada más llegar, descubrí el Club de Petanca San Antón, les contacté por Facebook y enseguida me abrieron sus puertas. Desde entonces, he hecho nuevos amigos con los que puedo contar, con los que hago salidas y con los que me divierto muchísimo.

A nivel de cultura y ocio, qué decir. España es un país culturalmente muy rico, como también lo es Francia. Un país católico, con una larga historia y muchísimo que ofrecer al visitante.

Y cuando llegáis a Elche, en vuestro primer día en la universidad os dais cuenta de que estáis literalmente rodeados de franceses. Y, sin embargo, tenéis la necesidad de ir soltándoos en español de cara a segundo curso…

J: Yo ya estudié algo de español en el colegio. En la PACES no hablábamos ningún idioma, ni inglés ni español, así que casi llegué a perderlo por completo. Ahora, aunque llevo poco tiempo en Elche, he podido recuperarlo en parte. Hablarlo es otro tema: todavía me cuesta encontrar mis palabras, pero siento que progreso cada vez más. De hecho, veo a compañeros de cursos superiores de Fisioterapia que se desenvuelven sin mayor problema. El hecho de tener diez horas semanales de clases de lengua española, desde luego ayuda a crear una buena base.

Justine Pouget, estudiante francesa de Fisioterapia en la CEU UCH

P: En primer curso tenemos la ventaja de estudiar en francés, pero enseguida pasamos a estudiar en español, y eso siempre impone. Antes de llegar, pensé que era necesario tener un nivel altísimo para poder desenvolverse con normalidad. Incluso hay algunos compañeros que me han llegado a decir que debería haber empezado en español porque segundo es el curso más cargado de la carrera, y debería llegar ya con el idioma dominado.

En cualquier caso, yo prefiero estudiar el primer curso en francés, poder entender y asentar bien los conocimientos, y trabajar en paralelo la lengua española. Creo que no tendré grandes dificultades el curso que viene. Además, es una ventaja enorme como francófono poder estudiar el primer curso en mi lengua: ¡quién iba a decir que no a esa oportunidad!


Justine y Paul son dos de los más de setenta estudiantes franceses matriculados en el primer curso de Kinésithérapie en el CEU de Elche: ¡muchas gracias por compartir con nosotros vuestra experiencia!

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