«Gracias al Erasmus, hoy podría trabajar en Italia»

Melinda acaba de regresar de su estancia Erasmus + Prácticas en Italia. Se graduó en Fisioterapia en la Universidad CEU Cardenal Herrera hace unos meses y no quiso perder la oportunidad de vivir esta experiencia y compartirla con nosotros.

¿Qué te motivó a solicitar la beca Erasmus + Prácticas?

Elegí hacer un Erasmus antes de empezar a trabajar para ver cómo se trabaja en otros países y tener más experiencia para insertarme en el mercado laboral. La duración total de una beca erasmus plus para recién graduados es de 3 meses, y te suelen dar alrededor de 400 euros al mes para países como Italia. Yo hice dos meses porque por ser ya titulada me parecían suficientes.

¿Por qué Padua?

Escogí Padua, porque es una ciudad cuya universidad de medicina tiene mucho prestigio a nivel europeo y porque es una ciudad muy animada para los jóvenes. Hay muchos estudiantes Erasmus españoles aquí pero también de otros países. Es una ciudad medio pequeña (200.000 habitantes) y es bastante fácil para moverse y para vivir. Los alquileres son más baratos respecto a otras ciudades italianas y está cerca de otras ciudades como Venecia -a media hora de tren-, Verona, Bolonia y Florencia.

«Lo técnico se aprende, pero hay que trabajar sobre lo humano»

¿En qué hospital realizaste las prácticas?

En el “Policlínico di Abano Terme”. Está en un pueblo a 30 minutos de Padua muy famoso para sus aguas termales. Es un hospital privado concertado que acoge muchos pacientes locales, pero también muchos internacionales que llegan en la zona para hacer las curas termales. Es un centro de referencia para la cirugía de rodilla y cadera y cuidado del pie diabético, aunque tenga muchas especialidades. Mis practicas se desarrollaron principalmente en la unidad de ortopedia y traumatología y en el servicio de fisiokinesiterapia. En teoría, debía pasar una semana de observación, otra de práctica al lado del tutor y luego trabajar con mis propios pacientes. En realidad, las cosas fueron muchos más rápidas y ya al tercer día tenia mis propios pacientes.

¿Qué nos puedes contar del día a día con tus pacientes?

Cada paciente es un mundo; había pacientes más jóvenes y más mayores: algunos con su segunda o tercera operación; otros mayores pluripatológicos con problemas cardiológicos, respiratorios o cognitivos y cada uno reaccionaba de una manera diferente. El objetivo era adquirir la mayor autonomía posible en el menor tiempo, siempre teniendo en cuenta el caso específico. En la mayoría de los casos esto se cumple sobre todo por la calidad de las prótesis y de las intervenciones.

Pero por mucha técnica que se emplee, el trato siempre es fundamental y clave en la recuperación.

Eso siempre. Tienes que regalarles una sonrisa a ellos, aunque no la tengas por ti mismo ese día o en ese momento. Lo técnico se aprende, pero hay que trabajar sobre lo humano también porque un paciente feliz y motivado y que se siente escuchado, te va a escuchar más y va a recuperarse mucho más pronto.

Has compartido trabajo con otros fisios de edades, origen y escuelas diferentes ¿qué te ha aportado esa experiencia?

Me impactó y me motivó muchísimo. Aprovechaba cada instante para observar sus diferentes técnicas de trabajo y aprender de sus experiencias. Cada día yo entraba a las 8 de la mañana y subía al segundo piso donde se encontraba la unidad de rehabilitación funcional. Allí me encontraba con mis colegas para repartir entre nosotros los pacientes de la unidad de ortopedia. Aprendí muchísimo de ellos porque cada uno tenía su propia técnica (unos utilizaban más terapia manual, unos tenían un enfoque más biomecánico, otros eran más “holísticos “).

 ¿Algún aspecto especial del centro que te haya llamado la atención?

El gimnasio era uno de mis lugares favoritos porque es un espacio abierto, luminoso con muchos equipos y puedes usar tu fantasía siempre respetando las indicaciones del médico. Otro lugar que me gustó mucho fue la piscina de agua termal donde se hacía hidroterapia. Allí también di alguna clase de hidroterapia, pero sobre todo observé mucho el trabajo de mis colegas.

A la vista de lo que cuentas es evidente que ha sido una experiencia recomendable.

La recomiendo por enriquecedora y emocionante. Y animo a todos aquellos que tengáis un interés específico en algún sector o solo tengáis la curiosidad de ver como se trabaja en otros países de probarla. Muchas veces durante las practicas del cuarto año no vemos cosas que nos interesan o queremos profundizarlas más. La fisioterapia es tan amplia que es imposible verlo todo y hay que intentar ver lo máximo posible para hacerte una idea y entender hacia dónde quieres enfocar tu carrera. El hecho de hacerlo en el extranjero te abre aún más puertas porque ves cómo se trabaja en otros países (calidad, cantidad, condiciones laborales, sueldo) y hacerte una idea de dónde y cómo te gustaría trabajar.

Entrada y fachada del Policlínico

¿Qué has aprendido de ti ?

Tener alguna experiencia en el extranjero demuestra que eres una persona abierta y emprendedora y os aseguro que esto es muy valorado. A mí personalmente, siendo un hospital este con muchos pacientes internacionales, he atendido a pacientes ingleses, alemanes, rusos, árabes; incluso he hecho de interprete a los médicos.

Así que yo animo a todos a hacer esta experiencia, es una oportunidad de la cual no podrás aprovecharte más adelante. Y  si tienes suerte te pueden ofrecer quedarte como me pasó a mí. Por el momento tengo otras metas en otros países, pero sé que un día, si quiero, en Italia tengo nuevos amigos y un puesto de trabajo que me espera y esto sin el Erasmus+ no lo habría nunca conseguido, o no tan fácil.

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