Hoy, 24 de octubre, se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático. Su finalidad es concienciar a la población sobre las consecuencias que este tiene sobre la salud de la población general, así como del impacto que presenta sobre otras especies con las que cohabitamos. Por ello, es de vital importancia conocer, al mismo tiempo, acciones que ayuden a preservar nuestro medio ambiente y a luchar contra el cambio climático.
Definición de cambio climático
Según Naciones Unidas, el cambio climático es la variación de las temperaturas a largo plazo y de los patrones climáticos. Si bien estos cambios son naturales, en la actualidad se ven acelerados por actividades humanas, tales como la quema de combustibles fósiles. Esta acción genera la liberación de gases de efecto invernadero que atrapan el calor del sol, y cuyo efecto conlleva un aumento de las temperaturas.
Consecuencias del cambio climático en la salud
Como vemos en la figura que aparece a continuación, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alerta de las consecuencias que puede tener el cambio climático en nuestra salud. Entre los efectos más destacados se encuentran el aumento de los golpes de calor, el agravamiento de enfermedades respiratorias y circulatorias o el cambio de la distribución geográfica y estacional de ciertos parásitos.
Cambio climático y deterioro cognitivo
Por otro lado, numerosos estudios alertan sobre el impacto que el cambio climático puede tener en patologías como el deterioro cognitivo.
Polución en los océanos
Siendo cada vez mayor y estando poco controlada, la polución en los mares y océanos es en la actualidad una realidad. Esta se origina a partir de la liberación de metales tóxicos, plásticos, químicos, petróleo, residuos procedentes de la industria, pesticidas, fertilizantes y químicos farmacéuticos, entre otros, a nuestros mares y océanos.
Los fertilizantes químicos pueden conllevar el aumento de algas nocivas, las cuales producen toxinas potentes que se acumulan en el pescado y que pueden ocasionar deterioro neológico, enfermedades respiratorias y muerte.
Por otro lado, el metilmercurio y los bifenilos policlorados son los contaminantes marinos más conocidos en la salud humana. Mientras que la exposición al primero incrementa el riesgo cardiovascular y de demencia, la exposición de ambos en los fetos mediante el consumo materno de pescados ricos en estos metales puede ocasionar daños en el desarrollo del cerebro, reducir el coeficiente intelectual e incrementar el riesgo de autismo y de trastorno hiperactivo acompañado de déficit de atención, así como de trastornos del aprendizaje.
Calidad del aire
En un estudio longitudinal de 13 años se halló que la presencia de partículas en suspensión de diámetro igual o mayor a 2,5 μm y de dióxido de nitrógeno (NO2) está asociada a un aumento de la incidencia de demencia. Por otro lado, estudios epidemiológicos apuntan a que la exposición continua a ozono y partículas en suspensión se asocian a un riesgo desmesurado de padecer la Enfermedad de Alzheimer.
La inhalación de partículas puede dañar el sistema respiratorio, siendo la inflamación alveolar secundaria la causa de eventos cardiovasculares que pueden derivar en accidentes cerebrovasculares. Por otro lado, la inhalación de dichas partículas y de NO2 podrían conllevar un aumento del estrés oxidativo y de la respuesta inflamatoria, así como la disrupción de la barrera hematoencefálica, la precipitación de péptidos amiloides y de la activación de la microglía.
El ozono, por su parte, puede producir vulnerabilidad a las especies reactivas de nitrógeno, peroxidación lipídica, niveles elevados de biomarcadores inflamatorios en le cerebro y signos de daño oxidativo en el cerebro.
Finalmente, estudios en ratones sugieren que la exposición a aire contaminado produce deterioro cognitivo, atrofia selectiva del hipocampo en neuronas de ratones presintomáticos a Alzheimer, la alteración de los receptores de glutamato y la consecuente neurotoxicidad, así como un incremento de los niveles del péptido ß42 amiloide, principal biomarcador de la Enfermedad de Alzheimer.
Por todo ello, es de vital importancia la concienciación del ser humano sobre el cambio climático, pues no solo afecta al medio ambiente y las especies con las que convivimos, si no que empeora nuestra calidad de vida con el incremento de las comorbilidades.
¡Nunca es demasiado pronto!
Artículo realizado por Gemma García Lluch, doctoranda en CEINDO y miembro de la Cátedra DeCo.
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