La semana pasada los alumnos del quinto curso del Grado en Farmacia, tuvieron la oportunidad en la asignatura de Atención Farmacéutica, de poder practicar aquello que se imparte en la asignatura con pacientes reales.
En este caso se puso en práctica el Servicio Profesional Farmacéutico RUM (Revisión de Uso de los Medicamentos).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 50% de medicamentos no se toman de forma adecuada y hasta un tercio de las visitas a los servicios de urgencias es consecuencia de un resultado no deseado del medicamento, lo que acarrea una serie de repercusiones en la salud y calidad de vida del paciente.
Por lo que la implantación de un servicio de RUM en la farmacia comunitaria proporciona una serie de beneficios tanto al paciente, ya que mejora el conocimiento y el uso de los medicamentos que toma y, por consiguiente, mejora la adherencia, como al profesional que puede ofrecer todos sus conocimientos al paciente, y detectar PRM (Problemas relacionados con los Medicamentos) y RMN (Reacciones Medicamentosas Negativas). Este servicio ha sido promovido por la SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria) y surge como necesidad en nuestro país, pero con inspiración de otros países europeos.
En este caso, en concreto, hemos podido observar en primera persona el riesgo que supone el uso de benzodiacepinas en un periodo superior al establecido por la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), 3 meses en caso de ansiedad, 1 en caso de insomnio incluyendo la pauta de retirada paulatina.
Las benzodiacepinas constituyen un grupo de fármacos de amplia prescripción en la práctica clínica, están encuadrados en el marco de los psicótropos. Sus efectos farmacológicos son compartidos, por su similar estructura química, pero su perfil farmacocinético modifica su utilidad en los diferentes escenarios clínicos.
Su prescripción irracional es un problema de salud pública mundial, siendo el uso crónico y los riesgos asociados al mismo un claro ejemplo de este patrón de uso no apropiado.
Éstas, están sujetas a interacciones farmacológicas frecuentes y existen poblaciones más vulnerables a sus efectos adversos, como los ancianos. Algunos de sus efectos adversos más notorios son las caídas y la aparición de dependencia y tolerancia asociado a un incorrecto uso crónico, con la aparición de síndromes de discontinuación si este se interrumpe en forma brusca, y también de un deterioro cognitivo asociado al uso continuado de las mismas.
Desde la Universidad se apuesta siempre por la formación en el Uso Racional del Medicamento, y para los que van a ser custodios del mismo en un futuro más bien próximo, es necesario tener las herramientas para hacer llegar al paciente, los conocimientos que hagan que ellos mismos puedan implementar las correcciones necesarias para lograr un uso adecuado del medicamento.
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