Un estudio realizado a 30 000 adultos en EE.UU durante 8 años, demostró que quienes experimentaron mucho estrés en el año anterior, incrementaron el riesgo de muerte en un 43 %. Pero esto sólo fue cierto para la gente que también creía que el estrés es perjudicial para la salud. Las personas que experimentaron mucho estrés pero no veían al estrés como algo nocivo no tuvieron mayor riesgo. De hecho, tuvieron el menor riesgo de muerte en todo el estudio, incluyendo a las personas que habían tenido relativamente poco estrés.
Al cambiar la opinión sobre el estrés, se puede cambiar también la respuesta del cuerpo ante el estrés.
En otro estudio, este de la Universidad de Harvard, a los participantes de una prueba de estrés social, les enseñaron a repensar su respuesta al estrés como provechosa: que al latir más rápido, el corazón se está preparando para la acción; que el respirar más rápido no es un problema, sino que está llegando más oxígeno al cerebro. Los participantes que aprendieron a ver esto como una ayuda para su rendimiento, estuvieron menos estresados, menos ansiosos y más seguros. Cuando los participantes vieron su respuesta al estrés como algo útil, sus vasos sanguíneos permanecieron relajados aunque el corazón les latía con fuerza.
Podéis aprender más de este tema en la conferencia de Kelly McGonigal en la página web de TED.
