Una pasión que sólo puede crecer: ser veterinaria

Oriana y Maite son dos hermanas de Valencia (Venezuela). Cuando concluyan sus estudios en la CEU UCH. Las dos llevarán bata blanca cuando sean profesionales. Ese día será difícil distinguirlas pues comparten genética y sonrisa. Pero también hoy es complicado decidir cuál de las dos tiene mas vitalidad, alegría y afán de conocimiento.

Oriana llegó hace un año y medio a nuestras aulas para iniciar una nueva aventura académica como estudiante de Odontología. Su sonrisa la delata: perfecta, alineada, sana. Como futura dentistaOriana le da una gran importancia a la salud y a la estética dental. Como buena venezolana que es, resulta además detallista y trabajadora, ¡una estudiante tan brillante como su propia sonrisa!

Maite y Oriana en las aulas de la CEU-UCH

Hoy nos encontramos con su hermana Maite, siempre correteando por nuestro campus. Conocerla es quererla. Puede ir atareada pero siempre la encuentras sonriendo y dispuesta a prestarte su ayuda y tiempo si es preciso. Eso, a menos que se le cruce un animalito por delante, porque entonces su foco cambia automáticamente; pero no nos molesta porque sabemos que su pasión por los animales es algo que vive desde su infancia y de lo que no sólo ha querido hacer su profesión, sino también su hobby.

Maite llegó persiguiendo su sueño hace dos años. A estas horas, ya es una figura habitual en nuestro campus y en nuestro Hospital Clínico Veterinario. Aquí, el relato de esta valenciana (por partida doble) sobre su vocación por la Veterinaria.

Maite llegó desde su Venezuela natal para estudiar Veterinaria en la CEU UCH

«No sabría decir la razón concreta, simplemente sé que desde que tengo uso de razón he deseado estudiar esta carrera. Desde pequeña siempre he sentido especial atracción por los animales, una pasión que sorprendió a mis padres. Ellos frecuentemente me llevaban a parques temáticos que disponían de un área de animales y les llamaba la atención lo mucho que yo disfrutaba mi permanencia en esa parte del parque. Siempre pensé que era una pasión pasajera, pero con el pasar de los año vi que no era así, que iba en aumento.

Sin embargo, cuando me gradué de bachiller, al igual que todo adolescente, tuve mis dudas sobre qué estudiar, y no sabía si tomaría la decisión correcta. Finalmente decidí estudiar Odontología, ya que me parecía también una carrera muy bonita, y además, por tener familia odontóloga, había podido observar más de cerca esta especialidad… pero pronto me di cuenta que no me llenaba de la manera que esperaba, así que hice lo que tuve que hacer desde un principio: estudiar Veterinaria.

Cuando por fin empecé, supe que había tomado la decisión correcta, me sentía completa por fin. Desde el primer día empecé a tratar con animales en prácticas, ¡súper encantada!, y poco después me volví interna en el Hospital Clínico Veterinario de la universidad empezando a ver todo tipo de casos, algo que me motivó aún más.

No ha habido ni un sólo día que me arrepienta de haber escogido esta carrera. Y sí, he tenido mis tropezones y obstáculos a lo largo de mis estudios de Veterinaria, pero ¿quién no?, se superan y se sigue adelante, tome el tiempo que tome. Actualmente soy voluntaria de una protectora de animales, interna del Hospital Clínico Veterinario de la CEU UCH y estudiante de Veterinaria; y estoy totalmente agradecida por ello, porque es uno de mis mayores sueños… ¡y me alegra poder decir que lo estoy cumpliendo!».

Si te ha gustado también puedes leer la historia de su hermana Oriana estudiando Odontología con nosotros.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí