El pasado viernes 24 de junio tuvimos el caso de Brother, un perrito de raza Yorkshire Terrier, de 9 años de edad y 3 kilos de peso que vino a nuestro hospital debido a que hace varios días hizo un aullido repentino de dolor y en los días posteriores empezó a no poder subir las escaleras y tampoco levantar el cuello.
En el examen neurológico el animal andaba con ligera inclinación hacia la izquierda, déficits propioceptivos en EAI y EPI, además de en los reflejos espinales en la EAD. Con respecto a los pares craneales, encontramos déficits en el reflejo palpebral de ambos ojos como en el de amenaza en el OD.
Se le realizaron radiografías de columna y TAC. Finalmente se diagnosticó una hernia discal situada entre C7-T1. El tratamiento propuesto fue hemilaminectomía.
Se realizó una evaluación preanestésica que incluía una exploración general, hematología y bioquímica completa, electrocardiograma y radiografías de tórax. No se observaron alteraciones reseñables.
El tratamiento para casa a la espera de la cirugía fue Firocoxib 57 mg.
La lista de complicaciones que podrían aparecer en la cirugía eran: hemorragia, pérdida de calor excesiva ya que se trata de perro pequeño, depresión respiratoria y bradicardia o parada cardiaca debido a un reflejo vagal por un daño medular directo iatrogénico.
El protocolo anestésico propuesto fue el siguiente: Como premedicación se le administró Dexmedetomidina a 10 mcg/kg y Metadona a 0,2 mg/kg IM. Posteriormente indujimos la anestesia con Propofol a 3 mg/kg IV.
Una vez el animal estuvo intubado se conectó a la maquina anestésica. Para mantener la anestesia usamos Sevofluorano mediante un circuito circular y ventilación mecánica por volumen. Se administraron bolos de Atracurio a 150 mcg/kg IV cada media hora para conseguir un bloqueo neuromuscular completo.
Como analgesia intraoperatoria usamos una infusión continua de Ketamina a 6 mg/kg/h IV, y otra de Remifentanilo 0,5 mcg/kg/h IV.
La fluidoterapia se mantiene a 7,5ml/kg/h con Glucosalino al 5%.
Durante la cirugía el animal estuvo casi todo el tiempo con una bradicardia marcada, acompañada de una ligera hipertensión, que podríamos haber tratado revirtiendo la Dexmedetomidina, bien con Atipamezol o administrando Atropina. Administrar el Atipamezol supondría una reducción de nuestro hipnótico, lo que nos llevaría a tener que aumentar el porcentaje de Sevofluorano administrado y esto podría producirnos mas depresión en nuestro sistema cardiovascular. En caso de usar la Atropina, cierto es que nos aumentaría la frecuencia cardiaca, pero al tener la hipertensión causada por nuestro alfa-2, este podría provocar aún más hipertensión. Por todo esto se optó por no administrar ningún fármaco, vigilando estos valores en todo momento y asegurándonos que la perfusión tisular era adecuada. Con el paso de la cirugía la presión y la frecuencia cardiaca volvieron a la normalidad, salvo en picos de dolor en los que se recurrió a aumentar la velocidad de infusión de Remifentanilo a 1 mcg/kg/h y a 1,5 mcg/kg/h en dos momentos puntuales.
Se administró Neostigmina (50 mcg/kg IV) y Atropina (40 mcg/kg IV) para revertir el bloqueo neuromuscular al final de la anestesia.
La recuperación de la anestesia fue buena, y sin complicaciones reseñables.
Como analgesia postquirúrgica, nuestro paciente llevaba Firocoxib de 57 mg PO cada 24 horas, Metadona a 0,4 mg/kg IV cada 4 horas y Ketamina en infusión continua a 6 mg/kg/h IV, la cual se fue diminuyendo poco a poco hasta su completa retirada a las 8 horas. En ese momento, tuvo un pico de dolor donde tuvimos un aumento de la frecuencia respiratoria, por lo que pusimos una infusión continua de Fentanilo a 9 ml/h. Posteriormente se redujo la dosis paulatinamente hasta 1 ml/kg para finalmente retirarla por completo.
Brother pronto empezó a comer y a caminar, además de no mostrar síntomas de dolor.
A los tres días de la cirugía se fue a casa de alta y así empezar la rehabilitación para recuperarse del todo.
Enhorabuena por el trabajo!!