Pues intenta tener un corazón grande, practicar ejercicio y frecuentar aires sanos… ¡como los de Extremadura! Así se puede vivir más de cien años.
Sí, amigos, el centenario Francisco Núñez Olivera, un gran extremeño que tristemente nos ha dejado esta misma semana, es la mejor prueba de semejante proeza: alcanzar plácidamente los 113 años de edad y ser el hombre más longevo del mundo ¡toma ya!
Francisco y su familia, en el precioso pueblo pacense de Bienvenida (por cierto, un pueblo pequeñito de poco más de 2000 habitantes que tiene más de una treintena de nonagenarios, tomad buena nota), se ha ido haciendo cada vez más célebre y mediático, apareciendo en los principales medios de comunicación tanto españoles como internacionales, llegando a protagonizar uno de los momentos más enternecedores y simpáticos del popular programa de televisión dirigido por el valenciano Pablo Motos: «el Hormiguero».
Los consejos que el mismo Francisco daba en sus numerosas entrevistas, y que sus hijas ratifican, ya que desde que falleció su esposa eran quienes lo cuidaban, en especial Mª Antonia, están claramente en la línea por la que abogamos los profesionales de la salud y, muy especialmente los fisioterapeutas y nuestro Departamento de Fisioterapia, que está potenciando la fisioterapia cardio-respiratoria:
Don Francisco confesaba que el secreto para vivir tanto tiempo radica en la actividad física («no estar embotao en Casa»), disfrutar de una alimentación sana y variada principalmente a base de verduras y legumbres («y alguna que otra chacina extremeña y un chato de vino»), pasear o trabajar en el campo respirando ese aire tan bueno de «los cielos limpios, del campo, del trabajo sin estrés, de la vida tradicional».
En definitiva, las premisas con las que iniciamos este post: intentar tener un gran corazón en ambos sentidos), evitar el sedentarismo y respirar aire sano.
Por eso, no os perdáis las próximas novedades cardiorespiratorias que en breve os narraremos desde el Blog, y de la mano de otro gran Francisco: el profesor Fran Ferrer Sargues.
Y a don Francisco, gracias por su gran y larga vida de cariño y felicidad. ¡Le echaremos de menos!
Querido Dr. González Domínguez. Le deseo una centenaria vida como la de su paisano D. Francisco, para que pueda seguir dando esas buenas noticias que aparecen en este Blog.
Un fuerte abrazo,
Pedro Rosado
¡Muchísimas gracias, doctor Rosado Calatayud! Seguro que usted también llegará a centenario
(PD: una errata ha hecho que aparezca su comentario con mi dirección, pero ya veo que es de Pedro Rosado. Un abrazo)
¡Vivan los aires de Extremadura! Y el ejercicio cardiosaludable…
Muy interesante, felicidades.