El dolor, ese increíble sistema de alarma que la gran mayoría de seres vivos tenemos. El indicador del peligro, del daño, imprescindible para la supervivencia… hasta que se sale de su papel. En el reciente Congreso de la SEFID (Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor) hemos aprendido mucho sobre él.
La primera vez que vimos el póster del IV Congreso Internacional de Fisioterapia y Dolor no dudamos. Había que consultar el calendario en un mayo un poco más tranquilo que los meses anteriores, cuadrar un par de seminarios, calcular las horas de viaje, y lo tuvimos claro. Desde aquella Jornada Internacional sobre Lumbalgia organizada por el ICOFCV en Mutxamel donde escuchamos, entre otros, al presidente de la SEFID ,Rafael Torres, sumado a los seminarios sobre el dolor impartidos porArturo Such durante el primer cuatrimestre, nos dejaron claro que esto no era cuestión ni de Descartes ni de sensibilización central, ni siquiera sabemos con certeza de qué es cuestión. Y es que el dolor crónico es así, rebelde y de muchos padres, beneficiado por un sistema que busca en lo tangible una causa.
Con altas expectativas llegamos al citado congreso, organizado por la SEFID y el CPFCyL, y con mayor satisfacción aún, volvimos. Allí estábamos 525 personas, abarrotado, profesionales y estudiantes dispuestos a escuchar a algunos de los más grandes especialistas en dolor, no solo fisioterapeutas, psicólogos y enfermeros forman parte del equipo que trata a personas con dolor, y allí estaban representados. Además, como moderadores estaban dos de nuestros profesores,Arturo Such y Carlos López Cubas, tesorero y vocal de la SEFID, lo que nos parece una suerte para nuestra universidad.
La Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor es una sociedad científica sin ánimo de lucro que trabaja por la investigación y la promoción de los nuevos avances en el dolor y su tratamiento, busca integrar a la Fisioterapia en el manejo del paciente con dolor a través de un modelo biopsicosocial, donde como dijo Patrick Wall, “la Fisioterapia sigue siendo el gigante dormido”. Y es que si un paciente con dolor recibe 10 diagnósticos de 10 especialistas diferentes, y la conclusión es “a usted no le puede doler”, algo se está haciendo mal.
En el congreso hemos aprendido que la percepción del dolor depende de un montón de variables de las que no somos ni conscientes. Para empezar, cualquier paciente que vayamos a ver en nuestras prácticas (cosa que está ahí en un abrir y cerrar de ojos) puede estar influido por qué le decimos y cómo se lo decimos. El cerebro aprende y memoriza respuestas de dolor, aprende a responder ante amenazas que no lo son. El lenguaje, la cultura, la familia, el significado que le damos a la vida…todo forma parte del proceso del dolor.
No podríamos destacar en un artículo todo lo que querríamos transmitir a nuestros compañeros. Las ponencias del excepcional David Butler, Candy McCabe sobre el SDRC, Mónica Alonso sobre el dolor en niños con PCI, Julio Gómez en lesión medular, el psicólogo Kevin Vowles, y el resto de ponentes, incluido el gran Rafa Torres, no os dejarían indiferentes. Os animamos a escucharlas ya que próximamente estarán subidas a la red.
Se hace necesario que nosotros, futuros fisioterapeutas, tomemos conciencia de la importancia de formarnos en dolor, la primera causa de consulta. Es algo complicado pero emocionante, y sobretodo significativo para la vida de las personas.
Hay que aprender dolor, hay que estudiar dolor por razones éticas. – Arturo Goicoechea
Escrito por: Alba García y Daniel Cabrera
Daniel, Alba, enhorabuena por tener esta actitud como estudiantes. Seguid así, siempre dispuestos a buscar al máximo la Verdad a través del conocmiento. ¡Vais a ser grandísimos fisioterapeutas!