Conoce la experiencia de nuestro alumno Pablo Rodríguez en Pamplona

Pablo Rodríguez (a la izquierda) con el equipo de rehabilitación de la la Clínica Universidad de Navarra
Pablo Rodríguez (a la izquierda) con el equipo de rehabilitación de la Clínica Universidad de Navarra

Me llamo Pablo Rodríguez, soy estudiante de fisioterapia de 4º curso de Fisioterapia en la Universidad CEU Cardenal Herrera y estoy realizando mi Prácticum fuera de la Comunidad Valenciana.

He contestado tantas veces a “LA” pregunta que ya me he acostumbrado a que cada nuevo paciente que tengo me la haga con alguna que otra variante: “¿Un canario que estudió en Valencia y que hace las prácticas en Pamplona?… ¿pues?”. Esa magnífica forma que tienen los pamplonicas de decir “por qué”, que al principio me desconcertaba, ha acabado por gustarme por ese tono de humor sincero con la que es pronunciada.

La respuesta es bien sencilla, necesitaba un cambio. ¡Y vaya si lo he encontrado! Y no lo digo  por el hecho de que tema morir congelado esperando el cambio a verde en un  semáforo debido a las temperaturas inferiores a 0 que tienen en Pamplona y que, por supuesto, me han informado gratuita y reiteradamente de que “este clima es casi como primavera”. No, la decisión la tomé porque me apetecía conocer otros sitios de la península. Al principio mi objetivo era conseguir las prácticas en el extranjero, pero tras chocarme de frente con la indiferencia irlandesa y los requisitos de aceptación belgas (me pidieron nivel medio de flamenco, no miento), decidí intentarlo en España. Tras escuchar varias recomendaciones me decanté por Pamplona, y así empezó la odisea de documentos, llamadas y correos que, estoy seguro, no podría haber llevado a buen puerto sin la coordinadora de Prácticum María Dolores Arguisuelas. Por ello, si alguien está pensando en realizar las prácticas fuera, lo que le recomiendo es una inconmensurable paciencia. Sobre todo para esos momentos de desesperación al ver que esa llamada que necesitas no llega y el plazo para realizar los trámites se acerca inexorablemente.  Pero a pesar del aproximadamente mes y medio que nos llevaron los trámites, todo valió la pena por poder ir a otra ciudad y realizar las prácticas en los centros en los que he estado.

Actualmente me encuentro realizando las prácticas del módulo de Músculo-Esquelético II en la Clínica Universidad de Navarra, centro líder en España en trasplante cardiovascular. Aunque la afluencia de pacientes es continua, veo pacientes de otros módulos, siendo la parte de cardiorrespiratorio y neurológico lo más relevante, aparte de lo referente a traumatología. Mis funciones en rehabilitación  son  variadas e incluyen el trabajo en el gimnasio, sala de hidroterapia, cabina y subidas a planta y UCI.  Desde el primer día, dejando el nerviosismo aparte, considero que mis conocimientos eran más que suficientes para desempeñar mis tareas en rehabilitación. La gran mayoría de máquinas e instrumentos que posee la clínica pude verlas con anterioridad en las prácticas universitarias y aunque había muchas cosas que desconocía, iba subsanando mis errores y faltas de conocimiento preguntando a las diferentes especialistas en fisioterapia de la clínica. Con el tiempo, mis tutores delegaron en mí más responsabilidades y ahora mismo puedo tratar con cierta autonomía a algunos pacientes. Se me permite elegir la dirección en la que va a ir  una sesión y llevarla a cabo con supervisión o se me dan unas pautas de tratamiento y me encargo de aplicarlas.

Si hay algo que agradezco mucho de las prácticas en el hospital  es el trato real con el paciente. Esa interacción tan emblemática “fisio-paciente” es incluso mejor de lo que esperaba y, sobre todo, es muy necesaria. Cómo tratar  con una persona que se está recuperando funcionalmente es algo que solo se aprende con práctica clínica; y es sorprendente cómo una palabra, un buen gesto o un “¡ánimo!” en el momento preciso puede motivar al paciente y hacer que salgan resilientes. La colaboración es fundamental y aún más saber cómo conseguirla. Más de una vez me he visto en la tesitura de ceder ante la exigencia de un paciente o seguir una pauta que considero mejor. Supongo que hay una gran diferencia entre los conocimientos que uno tiene y la confianza con los que los aplica. Aún me queda mucho por aprender.

Las prácticas me están permitiendo conocer facetas de la fisioterapia que no conocía y me han hecho darme cuenta de la increíble necesidad de conocimientos que requiere y cómo la anatomía es la “diosa” que soluciona todos tus problemas.

En definitiva, recomiendo la experiencia que estoy viviendo en Pamplona y animo a cualquiera a tomar el tiempo que requieren los trámites. Aprovechad la oportunidad, ya que lo que viene después vale cada llamada, correo y espera interminable.

Escrito por: Pablo Rodríguez y Mª Dolores Arguisuelas

2 COMENTARIOS

  1. Me sumo a los saludos mediterráneos de Teresa para Pablo, y le agradezco tanto a él como a la profesora Arguisuelas que nos hayan preparado este interesante y positivo post.

  2. Hola Pablo,

    Me alegro de que te encuentres finalmente cumpliendo tu deseo de conocer otras realidades del ámbito de la Fisioterapia.

    ¡Qué disfrutes mucho de la experiencia!

    Un abrazo,

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