“Creo en los emprendedores y creo que el que quiere, puede”
Vicente Ruiz, farmacéutico de formación y emprendedor por vocación. Un luchador que inició sus estudios en las aulas del CEU, donde conoció a su socio Romualdo Bertomeu, y que hoy preside RNB, una de las empresas fabricantes de productos de perfumería y cosmética más pujantes. Una empresa que facturó 126 millones en 2011 y que emplea 500 trabajadores, muchos de ellos farmacéuticos integrados en el departamento de I+D+i y Calidad.
– ¿Nos cuidamos a pesar de la crisis?
Nos cuidamos mirando más el bolsillo, pero sí nos cuidamos. Mirando el bolsillo como debe de ser, como siempre debía haber sido. A lo mejor estamos en crisis porque nos cuidábamos sin ver el bolsillo.
– RNB ha fabricado con éxito toda una gama de productos de Belleza y Salud exclusivos para cuidarse mirando el bolsillo, ¿dónde está el secreto?
De la fórmula magistral a la producción industrial, sin perder el cariño con el que se hace. Si tú haces el proceso industrial con el mismo cariño que la fórmula magistral, el resultado son nuestros productos.
– Como empresario de éxito, presidente de una empresa que emplea a 500 personas y factura por encima de los 100 millones, ¿qué más le queda por hacer?
Soy una persona de éxito porque me he rodeado de muy buena gente. Creo que aún me falta mucho para ser un empresario de éxito. Mis productos, por mi relación con Mercadona, son conocidos, pero no me considero un empresario de éxito. Creo que soy una persona que ha tenido el éxito de rodearse de gente muy trabajadora.
– Es seguramente de los empresarios que más tiempo dedica a promover el espíritu emprendedor, a través de diferentes iniciativas. En el caso de la CEU-UCH ha participado en diferentes maratones de empleabilidad y actividades CEU Emprende. ¿Hay que hacerlo?
Nos consideramos emprendedores, y creo que lo que todo emprendedor necesita es, no que hagan su trabajo por él, sino que se encuentre gente por la calle que le anime a seguir su proyecto. Esto es lo más importante que necesita un emprendedor. Cuando estoy con emprendedores no pretendo darles ninguna lección sobre su proyecto, lo único que tengo que decirles es ánimo, puedes!!! Eso es un pilar muy importante para un emprendedor que la gente que se encuentre durante todos los días, le diga ánimo, tú puedes. Creo que hay que hacerlo, sin crisis también lo haría. Creo en los emprendedores y creo que el que quiere, puede. Con mucho esfuerzo, con mucho trabajo, pero puede.
– Ley del emprendedor, medidas de apoyo…¿van por buen camino? ¿Qué más hace falta?
Las leyes y el apoyo institucional van por el buen camino. Claro que sí!. Pero esto no es lo fundamental, las leyes no son las que tienen que tirar de los ciudadanos, tenemos que hacerlo nosotros. El secreto está dentro de nosotros. Luego la familia, los amigos, las instituciones, las leyes…te lo ponen un poco mejor pero el secreto del emprendedor está en el emprendedor. Siempre saldrán emprendedores haya leyes más a favor o más en contra. Si hay mejores leyes, mejor.
– Y ¿cuál es la actitud para ser emprendedor?
Los emprendedores somos unos inconscientes que nos tiramos a una piscina sin saber si hay agua. El que quiere tirarse a la piscina con la absoluta seguridad de que sí va a haber agua, lo tiene más difícil para ser emprendedor. La actitud es: hay cosas que aún no conozco, no sé qué puede pasar mañana, pero voy a poder afrontarlo.
– La titulación de Farmacia del CEU celebra este curso su 40 aniversario, como antiguo alumno ¿qué recuerda de su paso por la Facultad?
– Recuerdo a los amigos, mi socio también es antiguo alumno del CEU y lo conocí durante la carrera. Recuerdo a los amigos, las aulas de Moncada…recuerdo el buen ambiente en las aulas, un ambiente de amistad.
– ¿Profesores?
Recuerdo al profesor de Biología en primero, Vicente Alcober. Una persona 100% vocacional, educaba con cariño y eso se notaba. Las personas que hacen las cosas con el corazón llegan más.
– Emprender es hoy la palabra de moda, pero no lo era tanto cuando estudiaba …
No. No estaba de moda. Pero Valencia es tierra de emprendedores, es tierra de agricultores minifundistas. Venimos de generaciones emprendedoras, lo que ocurre es que a un agricultor que cultiva dos anegadas no le llaman emprendedor y a un empresario sí. Pero yo creo que hacemos lo mismo que hace cientos de años en esta tierra, solo que ahora no nos dedicamos a la agricultura y nos dedicamos a la industria. Somos emprendedores como antaño. Mi padre era agricultor. Montó una pequeña empresa, tenía una parte de agricultor minifundista y una parte de microempresa.
– ¿Y cómo recuerda aquellos inicios?
Se me caía la cara de vergüenza de pedir dinero a mis padres para salir el fin de semana, entonces todo empezó con la motivación de llevar dinero. Aquel inicio era vender cremas a la gente de alrededor, haciendo bien los números y que pudiese quedar algo. Las dificultades de los inicios fueron las normales de la vida. La mayor dificultad no es de tema burocrático o financiero, que también las hay, pero la mayor dificultad es la incertidumbre que te crea y que no sabes lo que va a pasar el mes que viene. Si tú trabajas para una empresa ese es el problema de otro. La mayor dificultad está en uno mismo en la inestabilidad, hacia dónde vas, eres tú quién lo tiene que ver.
– Desde su experiencia, desde su haber estado en esas mismas aulas del CEU ¿qué les diría a los jóvenes estudiantes de Farmacia?
Creo que los estudiantes de hoy son unos afortunados. Primero porque el que no ha empezado nada todavía no está en crisis, aún no ha de pagar ninguna nómina. El que no ha empezado, no está en crisis. Segundo porque tienen toda la información, todo el conocimiento a su alcance, con los medios que hay en el siglo XXI. Luego, son afortunados. Y tercero, porque hay tanto recorrido para hacer bien las cosas que creo que las empresas les tienen miedo. Lo que pasa es que a los que están ya instalados les gusta transmitir pesimismo a los que empiezan.
– ¿Por qué?
Porque si transmites pesimismo al de al lado le tapas. Los estudiantes de hoy día son muy afortunados porque van a entrar en un momento que se van a adaptar mucho mejor. Los que no nos adaptamos a la crisis somos los que hemos vivido los estados de bonanza. El que entra en el momento de la crisis se come el mundo.
– Y a la Facultad ¿qué podría decirles en este momento de cambio?
Que tiene en sus manos personas. Que las haga fuertes, que no solo forme en conocimientos académicos sino también en valores, y en esa necesaria cultura del esfuerzo. Yo creo que éste es un momento para vivirlo, y que aunque sean momentos difíciles, después de todas las tormentas siempre sale el sol.