40 Años, 40 historias: Mª Amparo Sanahuja, antigua alumna 1974 y profesora CEU-UCH

Foto A.Sanahuja

“Todos mis recuerdos del CEU me hacen sonreír”.

En la vida de Mª Amparo Sanahuja hay dos palabras de peso: Farmacia y CEU. En el CEU estudió Farmacia, y además forjó proyectos importantes para su vida. Hoy desarrolla su profesión y vocación en esta Universidad. A Farmacia llegó por casualidad, pero llegó para quedarse: “Toda mi familia está vinculada al mundo sanitario”.

“Llegué al CEU en el Curso 74-75. Recuerdo el primer día en “el trenet”, que venía abarrotado de gente novata, allí ya conocí a la que sería mi querida amiga Lydia, no fue la única amistad. Empezaba un periodo de nuestra vida totalmente nuevo y muy diferente a lo que habíamos vivido. Nuestras primeras fiestas… conocimos a mucha gente, muchos de los compañeros pasaron a ser amigos, pero amigos de los que te acompañan siempre…Lydia, Mª Jesús, Pilar, Rosa, Ana, Pepe, Ángel, Jesús, Manolo…nos seguimos viendo, incluso he sido profesora de sus hijos. Los profesores, “el de Matemáticas” con sus teoremas y corolarios…aún no sé cómo aprobé. Al profesor de física con sus típicos problemas, los exámenes de química orgánica que duraban todo el día, …y las largas horas en el bar Maxim organizando fiestas, era un centro de operaciones,… En segundo curso, mis padres me regalaron un Seat Seiscientos con el que venía al CEU y aquello fue la envidia de todos mis compañeros. Pero mi recuerdo más emocionante fue cuando casi 30 años después me vi regresando al CEU por la misma carretera de Moncada, ahora de profesora. Nada más entrar en el edificio vi a Vicente, el profesor de Matemáticas, y a Fermín, el profesor de Física. Estaba tan sorprendida de pasar a ser compañera de aquellas personas a las que había admirado tanto… Todos me acogieron con gran cariño e inicié una nueva andadura como profesora de Farmacología».

En el parking del Seminario
Junto al Seminario, con compañeros y profesores.

–       ¿Cómo era la carretera de Moncada entonces?

El camino de Moncada, estaba muy mal asfaltado y tenía unas acequias enormes a los lados, cuando llovía se inundaba y más de un vehículo terminó en la cuneta. De todos modos, éramos cuatro coches y los caballos de “tiro y arrastre”. Mi etapa de estudiante en el CEU la recuerdo con gran cariño, las salidas al campo, en la asignatura de botánica con el profesor Juan Alcober, eran una fiesta con paella incluida…. Pero además aquí forjé mi gran proyecto de vida, porque en el 77 me casé estando estudiando aquí. Mis compañeros no se explicaban cómo tan joven había decidido casarme…Yo me veía mayor, madura, me casé con mi novio que había acabado Medicina y obtenido una plaza de médico residente en el Hospital Clínico. Entre todos organizamos la pequeña boda…los niños llegaron 4 años después. Casi pasados 30 años regresé al CEU por la misma carretera de Moncada, esta vez mejor asfaltada y como profesora.

–       ¿Cómo viviste esta nueva etapa?

A mi vuelta noté pocos cambios en el Seminario, los pupitres igual, los laboratorios se habían dividido y habían incorporado las duchas amarillas…A nivel personal, era diferente, yo ya tenía mi familia, mis problemas… e inicié un nuevo proceso en el CEU, pero con otros compañeros que hoy son amigos, amigos que creo que lo serán para siempre. En esta etapa he pasado momentos muy duros y gracias a muchos de ellos he podido salir adelante y aquí estoy. Soy abuela de un niño en la actualidad de ocho meses y ellos son quienes me aguantan todas las historias…paso en el CEU más horas que en casa, sin un buen ambiente no podría estar aquí. En el CEU me siento como en mi casa. El CEU es parte de mi vida. He compartido con mis compañeros y amigos, el formar una familia, el nacimiento de mis hijos, mi nieto, los momentos difíciles… A veces pienso… si mis alumnos me vieran en mis fiestas del CEU cuando yo estudiaba… siempre procuro no olvidar que un día fui alumna exactamente igual que ellos. Que hablaba en clase, que me pelaba alguna, que nos pasábamos los apuntes, igual que hoy. Para los profesores es muy importante no olvidar que un día fuimos alumnos.

–       Ponerse en lugar del alumno, ¿cómo hace que te enfrentes a tu trabajo?

La edad me hace ser más tolerante. Creo que soy recta cuando debo serlo. Siempre he expuesto a los alumnos el porqué había tomado una u otra decisión. Soy exigente pero procuro ser cercana al alumno, sin perder de vista el rol de profesora.

–       ¿Cómo va cambiando esa relación profesor-alumno?

El profesor de mi época de estudiante era una figura muy respetada y distante, no se nos ocurría cuestionarlo, por ejemplo  hacíamos las revisiones de exámenes en el despacho que nos indicaba el profesor, a veces en el Hospital donde trabajaba. No cuestionábamos nada, íbamos. Por supuesto le hablábamos de usted, hoy eso ha cambiado lo que no significa que nos tengan menos respeto. En clase me siento muy bien, porque los alumnos me hacen sentir así. Cuando empiezo una clase mis problemas desaparecen.

En los laboratorios del CEU junto a otros compañeros de Farmacia.
En los laboratorios del CEU junto a otros compañeros de Farmacia.

–       ¿Qué es para ti lo más bonito de la profesión farmacéutica?

Yo era de ciencias y elegí Farmacia porque vi más salidas profesionales: oficina de farmacia, industria, docencia, investigación… Cuando terminé la carrera ya era alumna interna en el departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de Valencia, poco después me contrataron en una farmacia de Catarroja, fue una bonita experiencia, ya que en mi época no habían prácticas externas. Sin embargo en mi caso, me di cuenta que mi vida no iba a transcurrir en una oficina de farmacia, más bien me inclinaba por la Universidad, por eso he estado dedicada a la docencia, compaginando otras actividades pero siempre con la docencia. Me encanta estar con los alumnos, te ponen al día, adapto mi lenguaje al de ellos, hasta la manera de vestir, aprendo de ellos…una vida diferente que me llena.

–       ¿Estudiaste Farmacia por casualidad pero la Farmacia lo ha sido todo?

Si, mi vida está vinculada a la Farmacia y la Medicina. Toda mi familia pertenece al mundo sanitario. El farmacéutico tiene un papel fundamental, no puede ser un “vendedor de medicamentos”. Principalmente tiene que ser consciente de que forma parte de la cadena sanitaria, además de la faceta empresarial. Desde las aulas intento transmitir este mensaje: “somos personal sanitario”. El eje central del trabajo del farmacéutico es el paciente.

– Alumna, profesora…¿un deseo para la titulación de Farmacia del CEU en su aniversario?

Que a pesar de las actuales circunstancias, no se desanimen, que Farmacia es una carrera muy bonita, al igual que la profesión de farmacéutico, que puede ser muy variada. Este tiene un papel social muy importante, y los estudiantes no tienen que dudar de ello. Quien elija la carrera de Farmacia, no se ha equivocado seguro. Que sepan elegir su camino, y saber reconocer las oportunidades que la vida les puede ofrecer. Cuando el CEU me llamó para ser profesora, yo era ya mayor, tenía un contrato indefinido y un fin de semana para decidir. Llamé a mi amiga Regina, y me dijo ¡ni lo dudes!, no te vas a equivocar. Me despedí de mi anterior empleo y aquí estoy. No me equivoqué, ahora hago lo que me gusta: ser profesora de Universidad.

Celebración del 25 Aniversario de la Promoción.
Celebración del 25 Aniversario de la Promoción.

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