Nos podemos sentir extrañados al leer sobre «el lenguaje de los dientes”, pero el lenguaje no sólo es la facultad de emplear sonidos articulados o estilo y modo de hablar y escribir, que lógicamente no tienen los dientes, sin embargo son capaces de «contar» muchas cosas sobre los individuos, hasta tal punto que nos permiten identificar al propio individuo cuando suceden determinadas circunstancias.
Los dientes son los tejidos más resistentes del cuerpo humano. Son capaces de resistir temperaturas superiores a los 1600 grados. Además tienen características individuales que permiten distinguirnos, no hay dos dentaduras iguales. Su dureza y resistencia frente a agentes externos hace que incluso pueda obtenerse material genético a partir de la pulpa dentaria.
Los dientes sirven de guía para la identificación de personas, víctimas de grandes catástrofes, tanto naturales, tras tsunamis o terremotos, como tecnológicas en accidentes aéreos, atentados, en investigación de crímenes, e incluso identificación a partir de restos óseos de personas desaparecidas.
Desde el punto de vista forense, el estado de los dientes y maxilares aporta una valiosa información.
Así sucede cuando son los únicos restos que se conservan de un individuo fallecido.
Cuando sólo se recuperan fragmentos del cuerpo y la identidad no puede obtenerse a partir de las huellas dactilares, la forma más rápida y sencilla de reconocer un individuo se puede basar en el trabajo que realizan los Odontólogos Forenses.
¿Y qué podemos conocer a partir de los dientes?
Se puede conocer el género de un individuo debido a sus características dismórficas de la dentición permanente. Y no todos los dientes presentan esas diferencias tan marcadas, son los caninos, los primeros molares mandibulares y los incisivos centrales maxilares los que presentan mayor dimorfismo y por tanto los que más ayudan en este proceso. Podemos conocer la edad analizando el tipo de diente y su grado de calcificación. Incluso podemos conocer la población o grupo étnico al que pertenece.
La individualidad de las personas es aquella característica que lo distingue singularmente de los demás, la fisionomía el aspecto que lo caracteriza.
Para identificar las víctimas a partir de los dientes existen dos métodos, reconstructivo o comparativo. Este último es el método más empleado.
Para ello es necesario comparar las historias clínicas dentales pre-mortem, que se obtienen con ayuda de los familiares y odontólogos de las posibles víctimas, con fichas post-mortem, obtenidas del análisis realizado por los Odontólogos Forenses encargados de la identificación.
Se emplean también, cuando se han tomado en clínica, la comparación de modelos dentales de los individuos, en los que pueden apreciarse la posición, tamaño y características propias de cada persona. La comparación de radiografías también aporta una información valiosa para este cometido.
En las historias clínicas dentales se recogen todas las características dentales, número de dientes presentes o ausentes, tratamientos previos y realizados así como los materiales empleados en dichos tratamientos.
Como documento médico-legal que es la historia clínica debe ser completa, ordenada, comprensible, respetuosa y veraz. Todo ello queda registrado en un Odontograma, un sistema gráfico, simbólico y esquemático. Pero existen distintas nomenclaturas incluso dentro de un mismo país o región, lo que ha supuesto un problema cuando se trata de trabajar de forma conjunta con otros países.
En este mundo cada vez más globalizado, con millones de personas desplazándose cada día, no es extraño ver que cada vez que se produce un desastre de grandes dimensiones, se vean afectados ciudadanos de diferentes países, por lo que son necesario la actuación y coordinación de equipos multidisciplinares.
Es por ello que se han elaborado guías y protocolos de acción conjunta.
Así, la Guía de Identificación de víctimas de catástrofes de la Organización Internacional de la Policía Criminal (INTERPOL), fue la primera guía publicada en 1984, y actualizada en 2009.
Una de las recomendaciones para los diferentes países es el de normalizar los odontogramas para todos los países, es decir utilizar una nomenclatura común.
INTERPOL ha propuesto, para el caso de identificación de víctimas de desastres, utilizar el sistema de la FDI (Federación Dental Internacional).
Esta forma de nomenclatura contiene dos dígitos, el primero para el cuadrante (de 1 a 4 en dentición permanente) (de 5 a 8 en dentición temporal) y el segundo para el diente, empezando en cada cuadrante desde el incisivo central hacia molares.
De ese modo utilizando un mismo sistema se logra facilitar a los equipos de identificación de víctimas de catástrofes la labor de identificar a un individuo, y se acorta el tiempo de espera de familiares y amigos en un momento de incertidumbre, dolor y desasosiego.
Este artículo es muy pertinente y preciso al recordarnos la importancia de la historia clínica
Mientras leía, me vino a la mente un reciente Congreso de Odontología al cual asistí aquí en Caracas, allí, un Odontólogo Forense de larga trayectoria nos explicaba también la importancia de los dientes al momento de la identificación de las personas
Nos relató el ejemplo de como perteneció al equipo que llevó a cabo la exhumación de los restos del Libertador Simón Bolívar, y como fue que a través de los dientes y de la pulpa dental que se llevó a cabo su identificación
Por otra parte, como Odontólogos realizamos una minuciosa historia clínica, entre otras cosas, para su disponibilidad en casos de accidentes
Sin embargo, siempre le deseamos larga vida a nuestros pacientes y que nunca se vean involucrados en ningún tipo de calamidad
Estoy muy a gusto de haber descubierto su Blog
Gracias por compartir
Saludos desde Caracas