Cridecoses: la ilustradora que puede con todo

La ilustradora que puede con todo. Ha trabajado para los grandes, pero también disfruta con los pequeños. Anaya la buscó, y Edelvives o Susaeta ya cuentan con portadas o páginas interiores ilustradas por ella; pero también editoriales más íntimas como Nocturna o Amargord han acompañado sus textos con dibujos que llevan su firma.

Desde sus estudios iniciales en Bellas Artes y de Escenografía en el Institut del Teatre, su camino hasta la ilustración profesional, lleno de giros y vueltas imposibles, la ha acabado trayendo a la CEU UCH. Nosotros buscábamos a una estudiante del Máster en Diseño y Comunicación Gráfica, pero nos encontramos con una artista.

Ella es Cristina de Cos – Estrada. Con C de creativa. Con C de creadora.

La ilustradora Cristina de Cos-Estrada
Cristina de Cos-Estrada, una ilustradora en la CEU UCH
¿Cómo definiría Cristina de Cos el estilo Cristina de Cos?

Hay una frase de Silvio Rodríguez que me gusta mucho, de una de sus canciones, que dice: «Soy de tantas maneras como gente pretenda nomás calificarme». No es una manera de eludir la respuesta, sino una forma de decir que me considero versátil.

Me gusta probar técnicas nuevas y, aunque no llegue a la excelencia con ninguna ellas, seguro que aprendo algo en el proceso que puedo reutilizar en algún momento para otro proyecto. Sé que no puedo ser buena en todo, pero al menos lo intento. Experimentar para ver de lo que uno es capaz, estar en constante movimiento, observar, retener, transformar… son elementos fundamentales para crecer y evolucionar. Con el tiempo aceptas que tienes una tendencia natural y aprendes a sacarle el mejor partido. Yo, por ejemplo, me siento muy cómoda con el uso la metáfora, el surrealismo, el simbolismo… Evitar la obviedad, lanzar mensajes poco evidentes o claros para que cada persona los interprete según su experiencia y recorrido vital.

¿Que qué estilo tengo? Podría decir figurativo, pero se quedaría corto de significado. Todo es “relativo”, porque lo que para uno puede parecer terrorífico, otro lo puede interpretar como algo bello. Todo depende del significado que cada uno le quiera dar.

De la técnica, el color y la composición: ¿cuáles son los espacios en los que te sientes más cómoda trabajando?

Me siento muy cómoda con la acuarela; la trabajo desde hace tiempo, con ella me encuentro en mi zona de confort. El mundo abstracto también me resulta atractivo. Y, desde luego, soy una fanática de la composición y de “El arte y la percepción visual”, de Rudolph Arnheim. Es un libro que he leído infinidad de veces e intento tener siempre muy presente.

Con la acuarela he de decir que hubo un antes y un después del Photoshop. Todas estas herramientas digitales me han facilitado mucho el trabajo a nivel de rapidez, pero también me han permitido experimentar más con la técnica, sobre todo el ensayo-error con el imprescinbible cmd+Z. Suelo utilizar el Photoshop de una manera muy plástica y hay personas que no han notado la diferencia entre un trabajo pintado a mano y uno digital.

En cualquier caso, la técnica también varía según el trabajo: puedo hacer un dibujo a lápiz y luego colorearlo con Photoshop, hacerlo todo sólo con acuarela, todo digital… Todo depende de la pieza, de lo que quiero expresar y de a quién me estoy dirigiendo.

Una de las ilustraciones de Cristina de Cos-Estrada
Una de las ilustraciones de Cristina de Cos-Estrada
¿Tienes algún referente en el mundo de la ilustración? ¿Quién y por qué?

Me entusiasma y adoro a Ana Juan, una ilustradora valenciana. Lo que me enloquece de ella es la sensibilidad con la que expresa el dolor y brutalidad de una historia de una forma tan hermosa y tierna. Sus dibujos son pura belleza a pesar de que muchas de sus historias hablan de venganza, muerte, odio, amor no correspondido… Su universo es salvaje y delicado al mismo tiempo. Ella utiliza mucho el lápiz, juega con el tenebrismo y logra que te metas en esa oscuridad, en el personaje, en la escena y te arrastra hasta el final. De ella recomendaría la obra “Snowhite”.

Definitivamente, Ana Juan es un referente para mí y un peso pesado de la ilustración. Y además es mujer, valenciana e internacional. No se le puede pedir más.

¿Lo tuyo ha sido siempre la ilustración, o has sentido algún otro impulso creativo?

A mí me gustan todas las artes plásticas. Cuando estudié Bellas Artes la ilustración no estaba tan en boga como ahora, no había másters ni materias específicas para ello. Así que no, la ilustración ha sido producto de mi evolución y de mis circunstancias; antes de llegar ahí estudié escultura, dibujo, pintura, escenografía… ¡incluso he pintado paredes y techos con brocha gorda y me encanta!

También he expuesto en galerías; formo parte de un grupo llamado Art3 junto a dos compañeras: Lucrecia Moreno, que además es profesora de la CEU UCH, y Pilar d’Ocón. Las tres nos hemos unido en Art3 y organizamos exposiciones solidarias, siempre dedicadas a una causa o a una ONG.

«Ana Juan es un referente para mí y un peso pesado de la ilustración. Y además es mujer, valenciana e internacional.»

Sin embargo, hubo un momento en que ya no pude asumir el espacio y el gasto que requería la pintura, y por eso dejé el gran formato para dedicarme al pequeño. Así empecé en la ilustración.

Estaré allá donde pueda expresarme y crear. Mi último impulso creativo ha sido estudiar el Máster de Diseño y Comunicación Gráfica de la CEU UCH, donde he podido ampliar mis horizontes en el mundo del diseño.

Sobre tu proceso creativo, ¿cómo te enfrentas a una hoja en blanco? ¿A qué lugares acudes para inspirarte?

Si te digo que no busco en Google o en Pinterest, te estaría mintiendo. Las nuevas tecnologías han traído nuevos espacios, pero siguen existiendo los recursos de toda la vida: fijarte en detalles, en escenas de películas, frases de libros… O ese momento en el que alguien te dice algo, pronuncia una palabra y, ¡eso es justo lo que necesitas!

La inspiración puede venir de cualquier parte y en cualquier momento, evidentemente, es importante tener una mente abierta y atenta, visitar exposiciones, leer, viajar… Nutrirse es imprescindible: hay que alimentar la imaginación para que ésta no acabe secándose.

Háblanos de tu portfolio: ¿hay alguna ilustración u obra de la que te sientas especialmente satisfecha o que guardes con especial cariño?

Pienso en una muy concreta que se titula «El Hálito» y que trata del crecimiento personal. Se dio en un momento de mi vida en el que, por motivos personales, estuve cuidando de una anciana durante algún tiempo y refleja todo lo que llegué a aprender de ella y de mí.

He trabajado en multitud de ambientes y lugares diferentes: en cafeterías, en hoteles, cuidando de ancianos… y ahora me doy cuenta de que todo eso te nutre. Conocer a muchas personas en diferentes ámbitos te hace ser mucho más consciente de la suerte que tú tienes, de la suerte que otros tienen y te ayuda a empatizar con otro tipo de personas.

Con mi dibujo quise expresar todo lo que esa experiencia me aportó, lo que aprendí de mí: sobre mis gustos, mis reacciones, mis manías, mis penas, mis frustraciones, mis valores…

De las Bellas Artes al Diseño Gráfico: ¿qué estás aprendiendo en la Escuela Superior de Enseñanzas Técnicas que te esté ayudando en tu profesión actual?

Ahora mismo me viene a la mente un logo que Miquel Barceló hizo para el 40º aniversario de la Universitat de les Illes Balears y que cedió de forma gratuita. Es un dibujo que ha generado mucha polémica porque en realidad no es un diseño; se trata más bien de un dibujo de un buen artista, pero no de la obra de un diseñador.

Yo me doy cuenta de esta necesidad de especialización por mi trabajo: la maquetación editorial es importante porque texto e ilustración van unidas y, como ilustradora, necesito tener los conocimientos necesarios para controlar todo el proceso. Quiero saber cómo va a quedar mi trabajo, cómo esa idea inicial mía quedará finalmente en su formato final. Por eso pienso que, si quieres un logo, debes acudir a un diseñador. Y si quieres un cuadro, debes acudir a un pintor.

«La composición lo es todo porque ayuda a que el acabado de una obra no sea fortuito, sino resultado de un estudio minucioso.»

De la misma manera, te digo que hay diseñadores que hacen ilustraciones que no llegan al nivel esperado, simplemente porque no son ilustradores. Cada uno tiene su ámbito y su espacio.

A mí me gusta saber lo que estoy haciendo, y además me encanta aprender continuamente, y más si está relacionado con la creación y el arte. El diseño gráfico está directamente relacionado con el arte y también con la composición. Ahora me doy cuenta de que en el pasado he hecho trabajos de diseño de forma intuitiva y veo errores de tipografía, de composición… que con los conocimientos que estoy adquiriendo espero no volver a cometer.

Cristina de Cos forma parte de la Asociación Profesional de Ilustradores de Valencia, una organización que vela por los derechos y el buen hacer de la profesión. En su labor, voluntaria y comprometida, Cristina colabora para apoyar el trabajo de sus compañeros y visibilizar la profesión de la ilustración en nuestra región. “Los ilustradores no nos limitamos a hacer dibujitos. Y, aunque lo pueda parecer, hacer dibujitos no es tan fácil”, nos comenta.

Mencionas constantemente la composición y su importancia en el trabajo plástico. ¿Qué es exactamente para ti la composición?

La composición es equilibrio, es la base de un acabado. Hace que una cosa funcione o no. La composición lo es todo: puedes tener un texto precioso pero, si en el proceso no tienes en cuenta los pesos, los espacios vacíos, el movimiento, el dinamismo y el color seguramente no obtendrás un buen resultado. Tener nociones de composición ayuda a que el acabado de una buena obra no sea fortuito, sino resultado de un estudio minucioso.

Y dinos, ¿cuál es el sueño de Cristina de Cos?

En unos años me veo haciendo lo que hago, pero confieso que mi sueño es hacer un álbum infantil, que es algo que no he hecho nunca. Yo he ilustrado muchos libros, pero tengo pendiente un álbum infantil.

Un álbum infantil es como un cuento en el que coexisten texto e imagen. Lo que lo diferencia de un cuento es que, en el álbum infantil, el texto no se entiende sin la imagen y viceversa. No es lo mismo que un cuento ilustrado, donde las ilustraciones cuentan y apoyan lo que dice el texto. En el álbum se enriquece la historia con imágenes y el imaginario del ilustrador.

Algunos de los trabajos de Cristina de Cos-Estrada
Algunos de los trabajos de Cristina de Cos-Estrada

Cristina de Cos ilustrará la novela “Antxón, el zombie. Cachitos de mi vida” de Cecilia Alonso, ganadora del I Premio Diquesí de Literatura Infantil y Juvenil. Acaba de ilustrar “La magia oculta” en la misma editorial, y continúa trabajando en otros proyectos paralelos relacionados con la ilustración y las artes gráficas.

Sigue a Cristina de Cos – Estrada en su blog, Facebook e Instagram.

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