Rorty y el giro pragmático

potrydel Castillo, Ramón (2015): Rorty y el giro pragmático. Barcelona: Ed. Batiscafo. 143 págs.

Este volumen sobre el filósofo estadounidense Richard Rorty (1931-2007) se aproxima a su pensamiento de forma narrativa, teniendo en cuenta su trayectoria vital y académica y sus continuos debates con otros filósofos de su época.

Ya en los primeros capítulos, del Castillo opta por situar a Rorty dentro de su contexto, reconstruyendo las circunstancias que rodearon su formación y las distintas tradiciones de pensamiento que captaron su interés. Acto seguido va analizando la interpretación que Rorty dio a varios giros de la filosofía contemporánea, como el giro lingüístico, el giro hermenéutico, el giro político y, singularmente, el giro pragmático, producto del renacimiento a finales del siglo XX de la única corriente de pensamiento autóctona de Estados Unidos, corriente de la que Rorty “se reapropió de forma irónica” (p. 10).

A lo largo del libro, del Castillo se propone mostrar el itinerario por el que Rorty fue forjando su concepción de la filosofía como una voz más de la cultura y no como la gran gestora de la Razón. En efecto, -escribe- “Rorty fue un filósofo antifilósofo (…) Afirmó de forma reiterada que la filosofía ya no era importante ni lo debía ser, al menos en comparación con la política y la literatura. Pero quizás su esfuerzo por desmontar la filosofía prueba la importancia que le seguía concediendo (…) Rorty actuó al mismo tiempo desde dentro de la filosofía y desde fuera de ella” (pp. 8-9). Reutilizó el vocabulario del pragmatismo para sustituir el planteamiento excesivamente teórico de los problemas eternos de la filosofía por un enfoque mucho más atento a las circunstancias de corte local e histórico. Se mostró además partidario de emplear el vocabulario de la literatura para presentar cuestiones filosóficas (de hecho, terminó impartiendo literatura comparada en la Universidad de Stanford), pues “pensaba que la imaginación literaria ayuda a liberarse del ansia de la filosofía por erigirse como vigilante de la razón y la autoridad moral, y nos hace más sensibles a la variedad, complejidad y dificultad de las vidas humanas” (p. 9).

Estamos, en fin, ante una monografía breve e incisiva, que logra cumplidamente su propósito de presentar al tiempo la personalidad de Rorty y las diferentes aristas de su pensamiento, que él mismo definió como propio de un bricoleur intelectual.

Leopoldo García Ruiz

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