El pasado martes 27 febrero tuvo lugar, dentro de la actividad “POLÍTICAS por la Infancia”, una mesa redonda sobre el Pacto Valenciano por la Infancia con varios representantes de la Sociedad Civil. La mesa, moderada por Hugo Aznar, director del Departamento de Ciencias Políticas, Ética y Sociología en la UCH-CEU, contó con la participación de Lucía Silvestre (Cruz Roja), Rodrigo Hernández (Save the Children) y Marlene Perkins (UNICEF).
En primer lugar, Hugo Aznar reflexionó sobre los conceptos de ‘gobernanza’ y ‘buen gobierno’. El concepto de ‘gobernanza’ surge de una crisis de los gobiernos tradicionales debido a la complejidad de responder a problemas que casan mal con la clásica división de izquierdas y derechas. Los gobiernos dan paso a la Sociedad Civil para actuar sobre ciertos temas, redistribuyéndose así el poder entre los diversos actores sociales. El Pacto por la Infancia es un buen ejemplo de esto ya que la clase política ha ofrecido el espacio para que la sociedad actúe. Por otra parte, ‘buen gobierno’ hace referencia al trabajo de gente motivada, dedicada a mecanismos de contribución e interesada en hacer buena política.
La mesa redonda se estructuró en torno a tres claves, sobre las que los distintos representantes de las organizaciones reflexionaron sobre el Pacto Valenciano por la Infancia.
Valor del Pacto Valenciano por la Infancia para los objetivos de cada organización
Desde UNICEF, Marlene Perkins aseguró que el Pacto ha sido “una experiencia extremadamente positiva” y se trata de una iniciativa pionera que representa una colaboración entre la Sociedad Civil y las Cortes. “La Sociedad Civil organizada ha dejado las diferencias particulares para trabajar por un objetivo común”, señaló. Sin embargo, para UNICEF todavía hay mucho que hacer: “Esto no ha acabado, es mejorable”.
Tanto Rodrigo Hernández (Save the Children) como Lucía Silvestre (Cruz Roja) comparten esta visión positiva del Pacto. “Es una continuación lógica del trabajo que venimos haciendo desde hace tiempo. Trasladamos la voz de los niños a las instituciones”, comentó Hernández. Por su parte Lucía Silvestre destacó que se trata de un “trabajo conjunto uniendo fuerzas para llegar más lejos”.
Impresiones acerca de la fase de preparación del Pacto Valenciano por la Infancia
Como apuntó Marlene Perkins, el Pacto nace de las entidades de la Sociedad Civil, que lo propusieron a los partidos políticos. El Pacto en sí no se trata de un fin, si no de un instrumento para impulsar procesos. “Su objetivo es el Parlamento, se dirige a los parlamentarios para que asuman sus responsabilidades con la infancia”, comentó.
Respecto al proceso de gestación del Pacto, comenzó antes de las elecciones, cuando las organizaciones consiguieron el compromiso de todos los partidos políticos para trabajar por la infancia en la siguiente legislatura. “Era muy importante que se implicasen todos los partidos” señaló Hernández.
Una vez se constituyeron las Cortes se comenzó a trabajar con mesas redondas de expertos y recogiendo toda la información en un pacto. “No queríamos hacer una ley ni un plan general. Encontrar el tono fue complicado”, comentó Perkins.
Respecto a la situación de la infancia, Lucia Silvestre aseguró que necesitaba un empuje: “Se encuentra en una mala situación y además estaba invisibilizada”. A pesar de que Cruz Roja actúa más en el ámbito de la diplomacia humanitaria y menos en la incidencia política, en este caso ha apoyado una iniciativa que promueve los Derechos y la participación de los niños.
Rodrigo Hernández apuntó varios datos que ayudan a entender la necesidad del Pacto Valenciano por la Infancia: “La Comunidad Valenciana es una de las Comunidades Autónomas con mayor pobreza infantil, un 40%, y riesgos altísimos de abandono escolar. La infancia es uno de los colectivos que más han sufrido la crisis.”
Experiencia respecto a las relaciones con los partidos políticos
A pesar de la colaboración entre las organizaciones de la Sociedad con los partidos políticos, estas tienen claro que su trabajo no es suplantar a los partidos. “No somos asesores externos de los grupos políticos, nuestro trabajo no es hacer leyes”, comentó Hernández. Además, destacó la importancia de no vincularse, mantener la equidistancia y saber cuál es el lugar de cada uno. Lucía Silvestre puso el foco en la necesidad de pedagogía hacia los grupos políticos. “Es necesaria una formación para saber cómo legislar para y con la infancia”, apuntó.
A pesar del buen clima de trabajo del Parlamento, según Marlene Perkins, se trata de un entorno de trabajo “de alto riesgo”. El tema de trabajo (la infancia genera consenso) y la situación de las Cortes (más deliberativas por su composición) crearon un escenario perfecto para que las organizaciones actuasen. “No todos los contextos son favorables para trabajar con los gobiernos”, señaló Perkins. Respecto a la relación con los partidos, afirmó que les preocupaba que algún partido se hubiese vinculado demasiado y el resto perdiese interés. “Era muy importante mantener el equilibrio”, aseguró.
A través de esta mesa redonda pudimos conocer las impresiones de tres grandes organizaciones de la Sociedad Civil que han participado activamente en el Pacto Valenciano por la Infancia. Se trata de un modelo de legislar poco común en España en el que la Sociedad Civil lleva la iniciativa y los partidos políticos se ponen al servicio de las necesidades de los ciudadanos. La experiencia puede calificarse de muy buena y, tal vez, este sea el inicio de una nueva forma de gobierno.
*Artículo redactado por Javier Ramia (alumno de 3º doble grado Periodismo y Ciencias Políticas, CEU UCH).