En esta semana cargada de actos conmemorativos para celebrar el 25N, el Día Internacional contra la Violencia de Género, y salpicada de actualidad relativa a esta materia con el juicio a Enrique Abuín, alias “El cichle”, por el asesinato de Diana Quer, con el asesinato machista de una joven en Tenerife el mismo 25N o el vídeo viral de la canción que interpretan las chilenas feministas en las calles titulada “El violador eres tú”, desde este blog nos sumamos a estas acciones dando visibilidad a espacios de debate y reflexión como la jornada desarrollada ayer, 28 de noviembre de 2019: Género e igualdad. Lucha contra la violencia ejercida sobre la mujer desde la dignidad personal.
Organizada por la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA) bajo la dirección científica de las abogadas Mª José Santa Cruz Ayo y Mª José Jordán Díaz-Roncero, la sesión contó con la presencia destacada del investigador valenciano y fundador de la FVEA Santiago Grisolía y de la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas y vicepresidenta del gobierno valenciano Mónica Oltra. El bioquímico reconoció que a lo largo de su trayectoria inmersa en laboratorios ha sido testigo de la desigualdad de las mujeres en la ciencia, poniendo como ejemplo a su mujer Frances Thompson, quien siendo ya doctora era tratada como una simple ayudante, provocando en ella una lógica y justificada indignación.
Por su parte, Oltra agradeció jornadas como estas que permiten un análisis más en profundidad y que dejan margen para el entendimiento y la interpretación de una realidad tan grave y compleja como la violencia ejercida contra las mujeres. Frente al ritmo frenético y efímero de los medios de comunicación y al auge de ideologías instauradas en el negacionismo de esta realidad, Oltra apostó por el mantenimiento constante del fenómeno en la agenda mediática y política más allá del 25N y por la formación en e información con perspectiva de género para continuar en el avance igualitario de la sociedad. En su intervención, la consellera también dirigió su atención hacia los y las menores víctimas directas de esta violencia cuando insultan, golpean o asesinan a sus madres o cuando, cosificados e instrumentalizados, son asesinados para infringir el mayor daño posible a sus madres.
La primera mesa temática abordó el tratamiento judicial y mediático de la mujer víctima desde la perspectiva de la dignidad personal. El profesor, forense y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, Lorente Acosta, responsabilizó doblemente a los medios en la lucha contra este problema: primero, por ser la principal fuente de conocimiento de esta realidad para la ciudadanía y, segundo, por su papel pedagógico y movilizador capaz de trasladar a la sociedad la verdadera gravedad de la violencia de género y de posicionarla en su contra.
El periodista Juan Nieto lamentó, sin embargo, falta de formación tanto en los planes universitarios como en las propias redacciones, lo que provoca que de manera inconsciente se cometan errores a la hora de abordar informativamente episodios de malos tratos y agresiones machistas. Errores que, en su mayoría, son provocados por las rutinas de la inmediatez, la tradicional ubicación de estas noticias en las secciones de sucesos y la comodidad de consultar fuentes institucionales. No obstante, Nieto asumió la responsabilidad del colectivo de periodistas empezando por la no neutralidad que este asunto merece. Destacó, asimismo, la labor emprendida por Rosa Solves y Emilia Bolinches en 2002 con la redacción del manual Noticias con lazo blanco, editado por la Unió de Periodistes Valencians, y que culmina en la actualidad con la actualización de dicho manual y los cursos que desde la Unió se están impartiendo para formar a periodistas en perspectiva de género.
El catedrático y juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos Luis Jimena cerró la mesa señalando que además de la tarea reparadora propia del sistema judicial frente a las mujeres víctimas, sentencias ejemplares también pueden desempeñar una labor preventiva y pedagógica para, sobre todo, inhibir la comisión de futuros actos machistas. En su condición de experto en derechos humanos, retomó la no neutralidad manifestada por Nieto para incidir en que la violencia cometida hacia las mujeres es un problema de derechos humanos y que cuando hay una violación de estos a nivel individual se está ofendiendo, en realidad, contra el conjunto de la comunidad.
La ausente perspectiva de género en el sistema judicial, legislativo y político monopolizó las intervenciones de la segunda mesa. Para ello, la vicerrectora de Igualdad de la Universidad de Valencia, Elena Martínez, explicó que la perspectiva de género es saber de dónde venimos: de una sociedad construida por hombres para hombres, donde ellos ocupan el espacio público, detentando el poder económico y disfrutando de una serie de privilegios vetados a la otra mitad de la humanidad, las mujeres. El resultado es una sociedad machista donde las mujeres encuentran trabas para su avance histórico. Esta visión androcéntrica, en palabras de Martínez, es palpable en discursos jurídicos que cuestionan el grado de victimismo de una mujer que ha sido violada por varios hombres (en referencia al caso de la Manada de los San Fermines) en función de su comportamiento en redes sociales tras la violación; o que responsabilizan a una víctima de violación (en referencia a la violación múltiple de Manresa) de lo sucedido por estar en estado de embriaguez.
Seguidamente, la fiscal del Tribunal Constitucional Teresa Peramato Martín ejemplificó esta falta de perspectiva de género en sentencias reprobadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en las que se vulneraban los derechos de mujeres víctimas de malos tratos y violaciones por parte de estados miembros de la Unión. Lo que venía a condenar el Tribunal Europeo es la falta de responsabilidad, pasividad y desidia de los estados en la investigación sobre casos denunciados por mujeres víctimas, lo cual refuerza la impunidad del agresor y enfatiza la vulnerabilidad y desprotección de la víctima. Mª José Gámez, de la Universitat Jaume I, trató de cómo los productos audiovisuales de las plataformas como Netflix, HBO o Amazon Prime perpetúan y sintomatizan la vulnerabilidad de las mujeres.
La última mesa puso el foco en colectivos especialmente vulnerables dentro del fenómeno de la violencia de género. Así, la socióloga Lidia Puigvert se centró en los y las adolescentes y en la violencia presente en las relaciones esporádicas. Para Puigvert, la juventud suele iniciarse en las relaciones afectivo-sexuales a través de contactos puntuales y esporádicos, los cuales, si están marcados por un componente violento, determinarán futuras relaciones. Esto, a su vez, podría explicar por qué algunas mujeres encadenan relaciones con hombres agresores y maltratadores. Por su parte, la abogada experta en extranjería Rebeca Lino desterró mitos extendidos con el discurso del odio que señalan a las mujeres inmigrantes como denunciantes interesadas de violencia de género para la obtención de la nacionalidad. La realidad, según Lino, es que las barreras idiomáticas, la falta de integración, el desempeño de trabajos precarios, la ausencia de recursos económicos, el trauma vivido en el proceso migratorio y, en muchos casos, sus historias personales como víctimas de malos tratos, las paraliza a la hora de interponer denuncias. Y cuando lo hacen se encuentran, en no pocas ocasiones, con la apertura de un expediente sancionador para expulsarlas del país, violando sus derechos más básicos como personas humanas.
En representación de la Universidad CEU Cardenal Herrera estuvo la profesora y directora de la Unidad de Igualdad de esta universidad, Ruth Abril Stoffels, quien clausuró el acto junto, entre otras, a la consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo.