Escrito por Elvira Alonso
El pasado miércoles 8 de marzo tuvo lugar la primera sesión del Seminario sobre Transparencia y Buen Gobierno, en la que contamos con la presencia de Carlos Flores Juberías (catedrático a. de Derecho Constitucional, Universitat de València), miembro del Consell de Transparència de la Comunitat Valenciana.
Decía Joseph Stiglitz, refiriéndose a un proceso que describe una característica de la política de nuestros días, que Estados y ciudadanos andamos lidiando con las políticas de transparencia. La frase es de 2007, pero es perfectamente válida hoy, y más en España, pues el proceso hacia la transparencia de las instituciones políticas, en el caso español, podemos decir que acaba de iniciarse.
La ley de transparencia estatal es de 2013. Como órgano de garantía de las obligaciones que para las instituciones públicas establece y de los derechos de la ciudadanía que regula (fundamentalmente, el derecho de acceso de a la información pública), esta ley previó la creación de un Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, órgano estatal que se constituyó en el año 2014. A esta ley estatal, aprobada con el carácter de básica, siguió la adopción por las Comunidades Autónomas de leyes propias sobre transparencia y buen gobierno.
En el caso de la Comunitat Valenciana, su ley de transparencia se aprobó en 2015. Y de la misma manera que la norma estatal, esta ley contempló la creación de un consejo de transparencia autonómico como órgano de garantía en esta materia (“Consejo de Transparencia, Acc
eso a la Información Pública y Buen Gobierno”, art. 39). El Consell de Transparència quedó constituido en el mismo año 2015, mediante el nombramiento de los miembros de su Comisión Ejecutiva por las Cortes valencianas.
Del origen, sentido y composición, naturaleza, competencias, desafíos y retos del consejo de transparencia valenciano vino a hablarnos Carlos Flores con una magnífica y esclarecedora conferencia titulada “El Consell de Transparència de la Comunitat Valenciana en su primer año de vida”. Sin contar con detalle su presentación, sí nos gustaría señalar alguno de sus mensajes más destacados.
En primer lugar, nos quedamos con la idea de que hemos de dar la bienvenida al nuevo órgano (a las políticas de transparencia en general). La primera idea lanzada por Flores fue que la transparencia sin duda contribuye a la mejora de la calidad democrática y es necesaria.
En segundo lugar, a este mensaje optimista añadimos otro de alerta ante la realidad del funcionamiento de esta institución. Y es que, según Flores, si queremos que el órgano pueda cumplir con el cometido que le atribuye la ley de garantizar las obligaciones de publicidad activa de la administración pública, el derecho de los ciudadanos a acceder a la información pública y las disposiciones sobre buen gobierno, a través de las numerosas competencias que le asigna, es necesario mejorar el diseño de esta joven institución.
Por el momento, el consejo es su Comisión Ejecutiva compuesta por cinco miembros (la mayoría de ellos juristas, iuspublicistas, expertos en derechos fundamentales). Cinco miembros que no tienen dedicación exclusiva y no reciben una remuneración por su labor. El consejo así conformado se halla hoy adscrito administrativamente a la Conselleria de Transparència, que ha de brindarle el apoyo logístico necesario. Sin embargo, esta ubicación administrativa es problemática. En aras de la clarificación de la identidad del órgano, de su independencia funcional y de su eficacia, es necesario dotar al consejo de medios materiales y personales suficientes. Los presupuestos de 2017 ya han asignado al consejo una cantidad, pero insuficiente. Y las competencias que tiene atribuidas el consejo solo podrán ser realizadas si cuenta con personal técnico de apoyo. En relación con el personal, es necesario asimismo completar la constitución de la estructura orgánica prevista en la ley (constituir la Comisión consultiva, mejorar la Oficina de apoyo). Por último, si queremos garantizar el futuro del Consell de Transparència, la solución sería elevar el estatus del consejo a “institución estatutaria”. Eso le permitiría independizarse de la Conselleria de Transparència, dotarse de un presupuesto, etc., es decir, solucionaría las necesidades señaladas.
Algunas de estas cuestiones tratadas por Carlos Flores en su conferencia fueron abordadas por él mismo y otros miembros del Consell de Transparència en una entrevista del año pasado a la que os remitimos.
Solo añadimos nuestro agradecimiento al conferenciante que tan bien nos ilustró sobre esta nueva institución política.