HALITOSIS :¿Mal aliento ocasional o problema clínico oral?

La halitosis, popularmente conocida como mal aliento, es una patología constituida por un conjunto de olores desagradables que se emiten por la cavidad oral.
En la actualidad, afecta a 1 de cada 3 personas y se estima que aproximadamente el 30% de la población padece, ha padecido o la padecerá en alguna ocasión.

Desde el ámbito de la Odontología, se estima que alrededor del 40% de las consultas odontológicas están relacionadas con esta afección, ya que tiene un gran impacto negativo en las interacciones sociales y en la calidad de vida de las personas.

Pero……  ¿Por qué se produce?

Este signo clínico puede ser producido por múltiples factores, como escasa higiene bucal (principal), consecuencia del tratamiento de una enfermedad grave (cáncer, COVID-19), gastritis crónica, enfermedades periodontales y gingivales  o escasez de saliva.

Los factores que contribuyen son las lesiones cariosas profundas y las grandes áreas interdentales donde aumenta la retención de restos de alimentos. Además,  dientes mal alineados, pulpa necrótica expuesta, dentaduras postizas y aparatos de ortodoncia mal ajustados aumentan la aparición de una asociación bacteriana y fúngica en la lengua.

Es importante destacar, que existe una relación entre la cantidad de carga bacteriana en la lengua y el mal olor bucal. El recubrimiento de la lengua esta compuesto fundamentalmente por células epiteliales descamativas, leucocitos de bolsas periodontales, residuos de alimentos y bacterias. La superficie de la lengua contiene fisuras, es irregular y esta característica influye en la presencia de  una compacta biopelícula lingual.

Esta estructura tan irregular proporciona un ambiente anaeróbico para el crecimiento bacteriano, evitando el efecto limpiador de la saliva en estas áreas. El cepillado o el raspado de la lengua tienen el potencial de reducir con éxito el olor del aliento y recubrimiento de la lengua.

Según el origen puede clasificarse en halitosis oral o extra oral. En este trabajo nos centraremos en la halitosis oral, principalmente producida por microorganismos anaerobios Gram negativos. .

«Bacterias productoras de GAS»

Estas bacterias tienen un metabolismo característico, producen como resultado de la degradación proteolítica de péptidos, compuestos de azufre volátiles (VSC). Estos desprenden un olor desagradable siendo los principales responsables de la halitosis. Cabe destacar entre estos compuestos: sulfuro de hidrógeno (H2S), metil mercaptano (CH3SH) y dimetil sulfuro (CH3) 2S.

 

Estructura del metil mercaptano (CH3SH).
Estructura química del dimetil sulfuro (CH3) 2S.
Estructura química del sulfuro de hidrógeno (H2S).

Estos compuestos de azufre son producidos principalmente por bacterias Gram negativas anaeróbicas, entre las que cabe destacar: Porphyromonas gingivalis, Peptosteptococcus anaerobius, Prevotella intermedia y  Fusobacterium nucleatum, Fusobacterium periodonticum, Treponema denticola.

 

 

Algunas de las bacterias productoras de compuestos volátiles de azufre.

¿Cómo se diagnostica?

Las pruebas de diagnóstico incluyen la medición organoléptica, la cromatografía de gases, la monitorización de sulfuros, la prueba BANA, la cuantificación de la actividad de β-galactosidasa, la prueba de incubación salival, uso de medios de cultivos, la monitorización de amoniaco o el método de ninhidrina. Entre todos ellos, vamos a destacar los más utilizados: medición organoléptica y uso de medios de cultivo.

Medición organoléptica

El «estándar de oro» para diagnosticar la halitosis es la evaluación clínica del mal olor bucal o medición organoléptica. Es un examen subjetivo y se basa en oler el aire exhalado por la boca y la nariz y comparar ambos. Es un método muy económico, no se necesita equipo y se puede detectar una amplia gama de olores.

Para ello, se coloca un tubo de plástico en la boca del paciente y el médico prueba el olor del otro extremo del tubo mientras el paciente exhala en un extremo del tubo, clasificándolo entre 0 y 5:

Grado 0: sin olor detectable
Grado 1: Mal olor apenas detectable
Grado 2: Olor que supera ligeramente el umbral de reconocimiento de malos olores.
Grado 3: Mal olor ciertamente identificable
Grado 4: Mal olor fuerte
Grado 5: Mal olor muy fuerte.

Uso de medios de cultivo

Desde el punto de vista microbiológico, se puede diagnosticar usando medios de cultivo selectivos y diferenciales.

Estos medios están enriquecidos con aminoácidos que contienen sulfuro (cistina y metionina) y algo de acetato (Halitest ®). Los compuestos sulfúricos que produce la bacteria se muestran como un precipitado marrón, equivalente a los Compuestos Sulfurados Volátiles (CVS) de la boca. La cantidad y el tiempo en que aparece el precipitado indica la intensidad del olor en boca. La cantidad de colonias bacteriana que aparezcan en la placa de medio de cultivo será proporcional al grado de halitosis. Cuantas más colonias crezcan en la placa, más gases producirán.

¿Cómo tratarla?

Después de realizar el diagnóstico se escoge el mejor tratamiento para tratar la patología del paciente. En halitosis moderadas o severas estos recursos no suelen ser suficientes y se tiene que hacer uso también de bactericidas y bacteriostáticos.

La higiene bucal constante es esencial para poder llevar a cabo los demás tratamientos con eficacia. Los más comunes:

  • Clorhexidina: debido a su amplio espectro antiséptico, su eficacia y su margen de seguridad. Es un producto anti-placa y anti-gingivitis. Es efectivo frente a  Fusobacterium spp.y Candida spp. Pero hay que tener precaución en su uso, en tratamientos a largo plazo produce tinciones en piezas dentales.
  • Aceites esenciales: A los aceites esenciales se les ha atribuido efectos antimicrobianos algunos de ellos con especial acción sobre las bacterias productoras de sustancias olorosas. Es una buena opción para tratamiento a largo plazo. Además, los últimos estudios demuestran la eficacia de los aceites esenciales frente a un gran número de bacterias patógenas. Los aceites más utilizados son aceite esencial de tomillo, clavo, orégano y anís.
  • Agentes oxidantes: muchas sustancias ácidas localizadas en la cavidad oral además de oxidar enzimas bacterianas también oxidan aminoácidos, sustrato para la producción de malos olores. Un ejemplo de ellos es el dióxido de cloro.
  • Triclosán: es un bactericida oral muy eficaz frente a las bacterias orales. Se le ha visto mayor actividad antiséptica cuando se combina con sales de Zinc o copolímeros.

 

Este trabajo forma parte de los seminarios  de la asignatura de Microbiología y Virología de segundo curso de Odontología. Ha sido realizado por los alumnos Ángeles Obiang Nchama, Dalal Darwish Nasser, Alberto Martín Pascual y Belén Sánchez Esteban.

Buen trabajo!!

2 COMENTARIOS

  1. Que gusto leer un trabajo bien sustentado sobre la halitosis

    En la mayoría de los casos su causa es bucal, y con escritos como este el público ahora sabrá el por qué

    Y lo más importante, que tiene solución!

    Saludos desde Caracas

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