Siguiendo con las actividades de la celebración del día Mundial de Cáncer (4 de febrero), en el grado de Medicine (línea bilingüe de la Facultad de Ciencias de la Salud del Centro de Alfara del Patriarca), los alumnos de primer curso realizaron una serie de trabajos de revisión indagando acerca del origen y desarrollo del cáncer con su relación embrionaria.
Los mejores trabajos presentados en la asignatura de Anatomía, son los que se publicarán en formato blog, dentro de la serie conocida como: “Cáncer: origen, evolución y su correspondencia embrionaria”.
El primer trabajo de la serie que presentamos a continuación es el realizado por la alumna Amparo Almenara Roig (1er curso), titulado: ¿En el desarrollo embrionario, se encuentra la clave para combatir las metástasis?.
Las células cancerosas, son células anormales que tienen la capacidad de integrarse en diferentes tejidos provocando su destrucción, así como la capacidad de diseminarse por todo el cuerpo.
A veces, el tumor primario se disemina a través de la sangre y del sistema linfático. Esto ocurre porque las células cancerosas a partir de un proceso conocido como transición epitelial-mesenquimatosa (TEM) pueden migrar a otros tejidos y órganos produciendo metástasis. En este proceso los llamados genes Snail juegan un papel fundamental.
Los genes Snail son un grupo de genes esenciales en la transcripción y el desarrollo embrionario, incluyendo la formación del mesodermo y la cresta neural. Esta familia de genes hace que las células embrionarias se sitúen en los lugares correspondientes para formar los diferentes tejidos y órganos del embrión. A pesar de ser un proceso positivo y natural en el embrión, en el adulto los genes Snail deben permanecer inactivos, ya que su activación podría provocar patologías, como el cáncer.
Los investigadores creen que hay una conexión entre el desarrollo embrionario y las metástasis, a partir de la activación de los genes Snail. Por tanto, conocer los procesos que controlan las células «viajeras» embrionarias ayudará a comprender cómo se originan las metástasis y, en consecuencia, prevenir su desarrollo.
Este descubrimiento, supone que las terapias clásicas utilizadas hasta ahora para el tratamiento del cáncer y las metástasis, a partir del descubrimiento de los genes Snail deberán ser abordadas desde otra perspectiva pues también existe una conexión entre el proceso metastásico siguiendo el desarrollo de los tejidos embrionarios y la resistencia a los fármacos para combatir el cáncer.
En definitiva, cuando se logre descifrar porqué en determinadas personas dichos genes permanecen activados como ocurre durante el proceso de desarrollo embrionario, se podrá combatir las metástasis de una manera eficaz.