Los rápidos avances socioeconómicos y científicos durante la segunda mitad del siglo XX han provocado cambios fundamentales en las tasas de longevidad y mortalidad de la población mundial, y en algunos países se ha observado un aumento casi lineal de la esperanza de vida como resultado de mejoras en las condiciones ambientales y los avances médicos. Este fenómeno se debe en parte a mejoras en el manejo temprano de enfermedades infecciosas, la nutrición y el control de factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión y la hipercolesterolemia. Sin embargo, resulta preocupante que otros factores como la obesidad y la diabetes combinados con el sedentarismo hayan marcado los inicios del siglo XXI y, en consecuencia, hayan provocado un importante aumento de las tasas de mortalidad asociadas a enfermedades crónico-degenerativas. Curiosamente, las proyecciones de esperanza de vida futura se han estancado en los últimos años en lugar de progresar en algunos países, lo que lleva a la hipótesis de que el control riguroso de los factores de riesgo cardiovascular, que inicialmente disminuyeron las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, se ha estancado en sus efectos sobre la longevidad. Otro punto de interés es que a medida que aumenta la esperanza de vida, también aumentan las tasas de enfermedades relacionadas con la edad, con entidades patológicas destacadas como el deterioro cognitivo, la artritis, el cáncer y la osteoporosis.
Desde sus inicios, la humanidad ha buscado alargar su esperanza de vida, favoreciendo el surgimiento de una nueva rama de la ciencia médica centrada en comprender la naturaleza del envejecimiento para retrasar este proceso en la medida de lo posible. El envejecimiento es la raíz de múltiples patologías que aumentan el número de años vividos con discapacidad más que la mortalidad, es decir, a medida que aumenta la población anciana y aumenta la esperanza de vida, también aumentan las posibilidades de sufrir enfermedades relacionadas con la edad.
A la luz del aumento de la carga económica de las poblaciones frágiles o con enfermedades crónicas, es crucial profundizar nuestra comprensión del proceso de envejecimiento y sus implicaciones en la calidad de vida para extender la esperanza de vida y la salud del individuo. Por este motivo, un grupo de investigadores han publicado recientemente en la prestigiosa editorial Cell Press (www.cell.com/heliyon) (https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2023.e18239) una revisión narrativa que describe, de una manera integral los factores genéticos, moleculares y ambientales actualmente reconocidos para de esta manera comprender mejor los mecanismos asociados al envejecimiento y las posibles vías para implementar estrategias que logren retrasar este complejo proceso.
Finalmente, los investigadores concluyen apuntan que el envejecimiento es un proceso biológico resultante de una amplia acumulación de daño molecular y celular que conduce a una disminución gradual de la capacidad física y mental y a una mayor prevalencia de patologías como las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o el cáncer, culminando en última instancia con la muerte del individuo. Múltiples factores se han relacionado con el envejecimiento, involucrando bases intrínsecas como la genética y genes asociados (APOE, APOC1, FOXO3, IGF1R) y los diversos cambios epigenéticos que ocurren a medida que avanza la edad.
A su vez, bases extrínsecas o ambientales como la nutrición, el ejercicio, las enfermedades y los hábitos de fumar y beber han ganado atención por su influencia en los procesos aceleradores del envejecimiento, lo que podría explicar los diferentes patrones de envejecimiento entre los individuos. Es evidente que a lo largo del tiempo han surgido numerosos descubrimientos y avances en el campo de la gerontología, capaces de dar respuesta a algunas de las incógnitas relativas a las bases del envejecimiento; sin embargo, queda un largo camino antes de que finalmente se pueda lograr la identificación completa del factor de envejecimiento. Por esta razón, se necesitan más investigaciones para determinar su viabilidad y los métodos necesarios para aumentar la calidad de vida y extender la esperanza de vida humana mediante la modificación o desaceleración de los fenómenos relacionados con el envejecimiento.
Para mas información, puede acceder a la publicación de forma gratuita en el siguiente enlace: https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2023.e18239
