De esta guisa se han titulado las II Jornadas de Investigadoxs Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, que durante los días 17 y 18 de noviembre han acogido múltiples comunicaciones, conferencias magistrales, exposiciones y demás actividades culturales. Organizadas por el Instituto de Estudios Feministas y la Unidad de Igualdad, ambos de la U.C.M, si algo han hecho estas jornadas ha sido rescatar, y homenajear, a grandes mujeres feministas -condición ésta última consciente o inconsciente por parte de las mismas- que han sido sistemáticamente arrinconadas, invisibilizadas y silenciadas a lo largo de la historia por desviarse de las normas sociales, culturales y religiosas establecidas, por cuestionar el status quo de sus épocas, por, en definitiva, querer tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres.
En este sentido, las conferenciantes arrojaron luz sobre figuras casi desconocidas para el gran público, como la escritora alemana Sophie Von La Roche (1730-1807), defensora del ideal femenino burgués -donde la mujer es autosuficiente, independiente y activa- frente al ideal roussoniano de mujer pasiva y sumisa; como la precursora del feminismo argentino Juana Paula Manso (1819-1875), fundadora del Ateneo de Señoritas para brindar educación a las niñas y del, entre otros semanarios y panfletos de corte divulgativo, Álbum de Señoritas; o como la, esta ya sí más conocida por proximidad geográfica y temporal -y por ser hermana de quien era (Terenci Moix), porque una mujer sigue definiéndose por ser hija de, esposa de, madre de o hermana de-, Ana María Moix (1947-2014), quien a través de su literatura reflexiona sobre las relaciones homosexuales entre mujeres y ejerce una crítica feroz al sistema patriarcal.
Más mujeres…
Mención especial recibieron, también, las españolas María de Maeztu (1881-1948) y María Teresa de León (1903-1988). La primera, por su labor desempeñada como fundadora, docente y directora de la Residencia de Señoritas de Madrid; y la segunda, por su incansable producción literaria -perteneció a la Generación del 27- y por su activismo político. Aunque si alguna figura femenina eclipsó las jornadas fue la de Pauline Roland (1805-1852). Esta periodista, escritora y líder sindical francesa se inició en el socialismo utópico de Saint-Simon y fue tal su admiración por las ideas sansimonianas que marchó a vivir al falansterio de Boussac, fundado por Pierre Lerroux. Al igual que de Maeztu, su gran preocupación reside en la educación de la niñas, y a ello se dedicará con pasión en Boussac. También fundará la Asociación de Maestros, Maestras y Profesores Socialistas, donde se apuesta por la igualdad educativa entre niños y niñas. Roland luchará activamente por conseguir el voto femenino y el derecho al divorcio, así como pondrá la cuestión de la liberación sexual de la mujer en el centro del debate político. Por sus ideales y por tener tres hijos fruto de dos relaciones de unión libre, a los cuales pondrá sus apellidos, fue detenida y llevada a la prisión de Saint-Lazare en París, y más tarde, tras el golpe de estado de Bonaparte, será deportada a Argelia durante diez años. Murió de vuelta a Francia, ya en territorio galo, debido a una salud muy deteriorada por las extremas condiciones a las que había sido sometida en su deportación. De su importancia y valía personal dejó constancia el gran Víctor Hugo, quien le dedicó el poema Paulie Roland en 1853, un año después de su muerte.
Género y sexualidad
Pero las jornadas dieron para más, para mucho más. Se trataron temas como la relación (conflictiva) entre sujeto y cuerpo, qué abarca la categoría de mujer, o en qué lugar de la historia quedan y quedarán las personas transgénero y homosexuales. Dentro de este último tópico, destacaron la comunicación sobre la novela Orlando de Virginia Woolf y la conferencia magistral de Raquel Osborne, del Departamento de Sociología de la UNED. Orlando, publicada en 1928, saca a la palestra temas tabúes para su época -la victoriana-, como la sexualidad femenina o la homosexualidad a través de su protagonista, quien nace con sexo masculino pero evoluciona hacia el género mujer. Por su parte, Osborne dividió su conferencia en dos partes, la primera dedicada a la vida (privada) y obra (no conocida hasta ahora) de la novelista infantil Elena Fortuny, quien intentó liberarse sexualmente a través de esa literatura rescatada y no publicada. En la segunda parte Osborne presentó el libro Mujeres bajo sospecha. Memoria y sexualidad 1930-1980, fruto de una investigación llevada a cabo para mostrar otros modelos de mujer alternativos a los impuestos por la dictadura franquista y su Sección Femenina, modelos condenados, censurados y reprimidos.
Sociedad civil
Aunque no programadas, las jornadas también dieron voz a representantes de diferentes asociaciones civiles, organizadas para vindicar y reivindicar. Así pues, estuvieron presentes representantes de la Asociación Española de Investigación de Historia de las Mujeres (AEIHM), dedicada a potenciar, proyectar y promover los estudios de Historia de las Mujeres y del Género; del Grupo Turín, una plataforma que busca la dignificación y revalorización del trabajo doméstico y de los cuidados; y de una organización surgida tras la desaparición, en Iguala (estado de Guerrero), de los 43 estudiantes mexicanos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, que todavía hoy sigue reclamando justicia y ha abierto su campo de actuación a la denuncia de los feminicidios que se están cometiendo actualmente en el Estado de México, superando en cifras a los de Ciudad Juárez.