Carlos Rico y Luis Carlos Ramírez reflexionan sobre las posibles soluciones a la actual crisis de participación y representación en el Parlamento

Por Lucía Gutiérrez

La Universidad CEU Cardenal Herrera acogió el pasado 27 de abril el seminario ¿Cómo afrontar la crisis de participación y representación del Parlamento como institución? Posibles vías de solución.  Organizado por los profesores Hugo Aznar y Marta Pérez, contó con la presencia de Luis Carlos Ramírez Ruiz, periodista de información parlamentaria y secretario general de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) y de Carlos Rico Motos, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia de Comillas.

Carlos Rico, Hugo Aznar y Luis Carlos Ramírez durante el seminario

“El legislativo es el principal poder del Estado”, con estas palabras y parafraseando a Montesquieu, inició Ramírez su intervención, a lo largo de la cual analizó la evolución del parlamentarismo desde la llegada de la democracia e identificó los retos a los que a su juicio se enfrenta el Parlamento.

El periodista, que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en los pasillos del Congreso y el Senado, recordó como en la Transición, los discursos duros y cargados de críticas mordaces que se pronunciaban desde la tribuna, no implicaban faltas de respeto e improperios verbales a los oponentes como ocurre en la actualidad en la que estos no cesan. “El Parlamento hace tiempo que perdió las formas y la cortesía”, señaló.

Ramírez firme defensor de que sin Parlamento no hay democracia, lamentó el deterioro de la credibilidad de las instituciones y de los principales líderes políticos, apoyándose en los datos del último barómetro del CIS. “Muchos años acumulando malas prácticas y desdeñando al ciudadano han contribuido al desengaño del presente”, añadió.

El también fundador de la APP, que cuenta con una larga trayectoria en el análisis de la vida parlamentaria de nuestro país, achacó la inestabilidad vivida especialmente en esta última legislatura a una triple crisis: del propio Parlamento, del Sistema y de los intermediarios. Siendo los protagonistas de esta última los partidos, los medios de comunicación y las redes sociales, convertidas en campos de batalla con la colaboración de los propios líderes políticos.

Los alumnos de Ciencias Políticas participaron en el seminario

Ramírez vinculó los problemas de representatividad con la consiguiente fractura del mapa político y se hizo eco de la propuesta del Consejo de Estado de 2009 que sugería un sistema electoral más proporcional en el Congreso elevando el número de diputados hasta los 400, reduciendo la representación mínima provincial a un diputado y optando por método alternativo al de la Ley D´hont, como posible solución al problema.

El periodista concluyó su exposición advirtiendo del peligro que tiene el uso abusivo de los Decreto Ley, considerado un mecanismo excepcional, y que a su juicio desvirtúa una de las principales funciones del Parlamento: legislar.

Por su parte, el profesor Carlos Rico dedicó la primera parte de su intervención a hacer un repaso en términos histórico del Parlamento. En esta línea identificó y señaló los rasgos que caracterizaban el parlamentarismo del s. XIX, también conocido como el siglo de oro, en ocasiones idealizados bajo su opinión, con las dinámicas que encontramos en las Cortes hoy en día.

Frente al Parlamento actual, en el que los diputados se deben a la disciplina de partido y los trabajos en las Cámaras se organizan en Comisiones y en Grupos Parlamentarios, el del XIX era un Parlamento mucho más espontáneo, en el que los parlamentarios tenían de forma individual mayor peso y se sentían más próximos a sus electores. Un proceso que resumió como el paso “de la democracia liberal a la democracia de partidos”.

El seminario fue moderado por el profesor Hugo Aznar

De vuelta al presente, Rico afirmó que “en el parlamento debe de estar representada la pluralidad, pero también deben de saber dialogar en pro del bien común”. Una tesis de la que partió para reflexionar sobre como el sectarismo y el partidismo impide un juego político basado en el pacto, el respeto y los acuerdos, puesto que nadie quiere ceder ante los rivales a ojos de la opinión pública. 

En su opinión, la “publicidad” de los debates, es decir, su presencia y propagación en la vida pública, así como la polarización generalizada, cualesquiera que sea el tema tratado, contribuyen a la perpetuación de estas dinámicas. 

Rico también enumeró una serie de propuestas de mejoras, que el mismo calificó como “radicales” y que han surgido en los últimos tiempos, como posibles alternativas a los problemas que hoy en día padece el poder legislativo: el regreso del mandato imperativo, la sustitución del Senado por Cámaras de expertos o la reforma del modelo español hacia un sistema presidencialista.

El profesor no quiso obviar en su conclusión final la necesidad de reforma interna que a su parecer necesita el Parlamento. La cual consideró que debería pasar por un mayor abanico de herramientas de control de la oposición al Gobierno, por un uso correcto de las nuevas tecnologías para acercar el Parlamento a los ciudadanos y por la incorporación en los procedimientos de comités deliberativos, aumentando así la presencia ciudadana en la toma de decisiones.

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