Rose, desde Alemania, exprimiendo la internacionalización

«¡Holaaa, amore!» A mitad de camino entre el español y el italiano, una frase al vuelo entre dos compañeras de estudios que se encuentran en un pasillo de la Facultad de Ciencias de la Salud. Español con italiano…con acento alemán. Rose nunca había estado en España pero se sentía atraída por una cultura que conoce desde que empezó a entrar en contacto con nuestro idioma ya desde su infancia en Alemania, en la escuela donde adquirió sus primeras nociones de español.

«Quería perfeccionar mis habilidades idiomáticas en español; me atrae mucho la cultura y la experiencia ha sido exactamente como imaginaba». ¿Y cómo era esa experiencia imaginada? «Tenía expectativas de encontrar a gente amable y cercana…hasta en las cosas más pequeñas notas esa amabilidad, en mi país el trato es distinto, pero yo me siento 100% a gusto aquí», dice.

Amante de la danza y de una simpatía desbordante, su testimonio refleja muy bien el perfil del estudiante internacional que acoge el Grado de Medicine, uno de los más plurales en cuanto a procedencia de nuestros estudiantes. Y lo refleja por su cercanía con todo lo que tenga que ver con el bienestar de los demás, porque el centro de su primera y última preocupación siempre es el mismo: las personas.

«Me apasiona la complejidad del cuerpo humano, su funcionamiento, su capacidad de recuperación, me parece infinito…las ciencias de la salud me atraen por completo. Me llegó un poco tarde esta vocación, de hecho tengo estudios en Enfermería, pero espero poder ser realmente útil en mi desempeño como profesional y trabajar en equipo, que es lo que más disfruto», asegura.

«Sigo conociendo gente nueva cada día. ¡Es algo que no deja de sorprenderme!»

Empezó el grado hace apenas tres meses, pero recuerda como si fuera ayer el primer día en el aula: «Simplemente, no me lo podía creer cuando me di cuente de que tenía sentada a mi derecha a una chica italiana y a mi izquierda a una norteamericana, y un poco más allá a una danesa. Todavía hoy me sorprende ver cómo fluye la vida internacional por la Facultad».

¿Sus mejores amigas hoy por hoy? «Dos chicas noruegas, somos inseparables, y no puedo describir todo lo que he aprendido de ellas».

Consciente de que la tecnología médica también lo cambiará todo varias veces hasta que se gradúe, dice que aún es pronto para decantarse por una especialidad, aunque admite su predilección por la genética y la oncología: «Lo mejor de las nuevas instalaciones con las que contamos es que nos pueden preparar para el futuro, sea el que sea», asegura Rose.

Por el pasillo de la Facultad, antes de encontrarse con su amiga italiana, nos despedimos preguntándole si el grado es igual de duro que interesante o más interesante que duro: «Todo depende de la asignatura, pero todo lo puede la pasión que le pongas».


Muchas gracias, Rose!!

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