Desde hace varios años los formatos analógicos vuelven a estar de moda. La nostalgia afecta y, aquellos que tenían vinilos y cassettes en los años 80, se han hecho mayores y quieren recuperar esos formatos físicos que la tecnología había dejado atrás. En 2021 se han vendido 1,6 millones de unidades de vinilos en España y también ha aumentado la venta de cassettes. Pero, ¿cómo funcionan las cintas magnéticas?
En este post vamos a dar una primera pincelada de cómo funcionan las cintas de cassette o cintas magnéticas y su tecnología.
El Magnetismo:
El concepto de magnetismo es inseparable de la corriente eléctrica, por lo que cualquier conductor a través del cual fluye la corriente está asociado con un campo magnético que aparece en y alrededor del conductor durante el paso de la corriente.
Cualquier conductor a través del cual fluye la corriente está asociado con un campo magnético que aparece en y alrededor del conductor durante el paso de la corriente. Por lo tanto, cualquier conductor eléctrico que pase por una corriente eléctrica crea en su centro un campo magnético cuya fuerza es proporcional a la fuerza de esta corriente.
El cabezal:
El registro magnético se realiza en un cabezal magnético que no es más que una bobina conductora sobre un núcleo que genera un campo magnético proporcional a la corriente aplicada al conductor. En el cabezal se produce una conversión de los cambios de tensión en variaciones de campo magnético.
El cabezal magnético además de tener una capa de cobre envuelta alrededor del metal magnético tiene un entrehierro a través del cual el flujo debe saltar para completar el circuito.
Durante la grabación, se genera un campo magnético alrededor del entrehierro, también conocido como flujo, lo que hace que las partículas magnéticas se alineen magnéticamente con el medio. La magnitud de la holgura es inversamente proporcional al valor de la frecuencia más alta que puede registrar la punta. En otras palabras, cuanto menor sea el entrehierro, mayores serán las frecuencias que se pueden registrar.
La cinta magnética consiste en una delgada tira de plástico, que sirve como base cubierta con una «película magnética» que es el medio de memoria en sí. La base de plástico es poliéster o mylar. Debe soportar el tirón generado por las bobinas y al mismo tiempo ser flexible para hacer contacto con las partes de forma precisa. Su espesor oscila entre 20 y 40 micras (μ)
La película magnética consiste en un conjunto de «dipolos magnéticos», es decir, pequeños imanes en forma de hilo, incrustados en un agente de unión, que permanecen adheridos a la base de plástico, aunque se mueven libremente en cualquier dirección. Estos dipolos magnéticos suelen denominarse óxidos (pueden ser de hierro, cromo, etc.) y su tamaño es de unas 0,5 x 0,1 micras.
Cuantos más dipolos haya en la cinta mayor es la cantidad de información efectiva que puede almacenar la cinta.
Más adelante habrá más información de la tecnología de las cintas magnéticas.