¿Quién dijo que no se podía esquiar con zuecos en Estocolmo?

Hola, soy Joyce, estudiante de Dentistry de quinto año. Acabo de regresar de un intercambio en el Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia. Allí he pasado el segundo semestre de este curso. Después de cuatro años y medios estudiando en Valencia, me apetecía tener una experiencia diferente para completar mi etapa como estudiante. Por ello, solicité una beca Erasmus+. El Instituto Karolinska fue la primera opción, no solo por el hecho de que se encuentra entre las mejores escuelas de odontología de todo mundo, sino porque me permitía vivir una pequeña aventura en una tierra de nieve.

«Alguien nos engañó para salir con las batas a -10º…»

¡Ha sido una experiencia inolvidable!

El primer día, la ciudad me recibió con una nieve pesada y un cielo sombrío. La verdad es que no fue fácil llevar dos maletas grandes por una calle nevada en medio de un temporal así. Sin embargo, el frío no me impidió disfrutar. En los primeros días, me uní a los tours organizados por los estudiantes locales para explorar la ciudad y hacer nuevos amigos.  A pesar de que teníamos la compañía y la ayuda de los lugareños, lo cierto es que costó un tiempo acostumbrarse al estilo de vida escandinavo. Además de la temperatura, el sol se ponía al empezar la tarde y tenía muchas veces la sensación de que el día se terminaba demasiado rápido, como si faltaran cosas por hacer.

Reponiendo fuerzas en el Parque de Atracciones

Las sesiones clínicas se desarrollaban en el Instituto y teníamos que tratar a pacientes locales. Para un estudiante extranjero que no habla sueco, podría ser un desafío. Afortunadamente, el jefe de enfermería organizó pacientes de habla inglesa para que los atendiéramos nosotros. Y podría pensarse que si el reto del idioma está organizado, todo lo demás ya no es un problema. Pero no es así: los materiales y los protocolos que se usan en el Instituto Karolinska son distintos a los del CEU.

Para adaptarnos, tuvimos dos semanas de orientación y sesiones prácticas de manejo de materiales y tecnologías. Ahí encuentro que está claramente el beneficio de realizar un intercambio como éste: adquieres nuevos conocimientos y tienes la ocasión de trabajar directamente con la tecnología dental más puntera.

Cada día se convierte en un desafío emocionante

En el gimnasio con el entrenador y un compañero de escuela

Además de la escuela, el Instituto Karolinska también ofrece gimnasio gratuito para los estudiantes y cursos gratuitos de yoga, core, entrenamiento de fuerza, etc. Así organicé mi rutina aquellos días: durante el día, en el Instituto y por las tardes, gimnasio.

Pero, sin ninguna duda, lo más valioso de una experiencia Erasmus es hacer amigos de todo el mundo. Me hospedé en el Karolinska Institute Housing, muy cerca de la escuela, donde se alojan la mayoría de los estudiantes de intercambio y también locales. Conocer gente es quizás más necesario que nunca en una estancia pero sobre todo fue muy fácil, gracias a las reuniones y las salidas grupales que se organizaban.

Junto a mis compañeros de Erasmus, he pasado de hacer esquí y patinaje sobre hielo, a disfrutar de actividades de verano, como nadar en el río, ir de picnic y asistir a conciertos al aire libre. Escribo tumbada en un césped cerca de mi apartamento, disfrutando del sol mientras repaso mis recuerdos aquí. ¡Y solo puedo decir que el verano es definitivamente la mejor época de Estocolmo!

En uno de los conciertos al aire libre

Recomendaría a cualquiera que quiera retarse a sí mismo y esté buscando algo de aventura en la parte final de sus estudios, que venga aquí y disfrute de un estilo de vida escandinavo diferente mientras hacen amigos para siempre.

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