El caso de enfermedad de Chikunguña que se ha diagnosticado en Gandía ha causado una gran preocupación en la población, alarmada por el desconocimiento general ante un virus poco conocido en nuestro medio y el triste recuerdo de los casos de Ébola que tuvimos hace unos meses. La información es la primera arma para combatir este miedo.
No se trata de una enfermedad nueva. Todos los años se diagnostican en España unas pocas decenas de casos. Sin embargo, lo llamativo del contagio de Gandía, y lo que está haciendo que sea noticia, es que el paciente no había salido de España en los tres meses previos, por lo que la infección debió haberse producido dentro de nuestras fronteras, y de esto no hay precedentes.
La enfermedad no se transmite de persona a persona, sino a través de mosquitos, entre ellos el mosquito tigre (Aedes albopictus), cuya población ha ido aumentando en la Comunidad Valenciana en los últimos años. Eliminar este vector se ha convertido en el principal objetivo. El mosquito cría sus larvas en lugares exteriores de agua estancada, ya sean naturales (hoyos y charcos) como artificiales, tales como depósitos, piscinas, estanques o recipientes en los que el agua no fluya. Drenando su agua o tapando estos focos de riesgo reduciremos el peligro de transmisión. También se puede prevenir con medidas pasivas tales como uso de ropa de manga larga, repelentes o mosquiteras.
El cuadro debuta los primeros 2-5 días con fiebre de hasta 40º, para luego empezar con las características artralgias y mialgias que pueden persistir hasta los dos meses, acompañados de náuseas, eritema, erupción cutánea similar a la del sarampión y síntomas constitucionales. Este cuadro es muy similar al de la enfermedad del dengue, también transmitida por el mosquito tigre, y por tanto es frecuente que haya confusión entre ambas. Raramente es mortal, pero sus efectos crónicos pueden durar años, con artralgias, cefaleas y artritis crónicas realmente limitantes a nivel laboral y personal. No existe un tratamiento contra el virus, por lo que los medicamentos que se administran son sintomáticos, como analgésicos o a veces corticoides.
La prevención es la clave para evitar su transmisión.
