Como otro lunes cualquiera, ayer tuvimos nuestro día de Voluntariado en la Residencia de las Hermanas de los Ancianos Desamparados. En esta ocasión coincide con la XXVII Jornada Mundial del Enfermo.

Allí, nos reunimos  estudiantes de diferentes nacionalidades España, Noruega, Estados Unidos.. para cuidar de nuestros enfermos más desvalidos y darles todo lo que sabemos:  nuestro tiempo, nuestro cariño, nuestra conversación a pesar de las dificultades como consecuencia del idioma, del cansancio o del mal tiempo.

 “El cuidado de los enfermos requiere profesionalidad y ternura, expresiones de gratuidad, inmediatas y sencillas como la caricia, a través de las cuales se consigue que la otra persona se sienta querida” (Sto Padre Francisco)

Voluntarias en la Residencia de la Hermanas de los Ancianos Desamparados

Las voluntarias, nos preguntamos cada día ¿Cómo es posible que se produzca en nosotros ese crecimiento personal al estar con los más necesitados? ¿Cómo es que no importa la diferencia del lenguaje, ni la diferencia de edad?. La respuesta nos la comenta también el Papa Francisco con motivo del mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo: “La gratuidad humana es la levadura de la acción de los voluntarios”.

Nuestro agradecimiento a los residentes que cada semana nos permiten acompañarles y cuidar de ellos.

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