La no vuelta al cole de nuestros mayores

Durante el verano todos intentamos buscar planes para descansar, viajar, pasar tiempo con amigos y familia y hacer todos esas cosas que tanto nos apetecen pero que la rutina diaria nos impide llevar a cabo. Al volver del merecido descanso estival, nos sumergimos en las obligaciones de nuevo. Todo hoy en día está enfocado desde la óptica de ser productivo y sacar rendimiento a lo que hacemos. En esta vorágine del día a día que nos toca retomar en septiembre los mayores pueden ser los grandes olvidados. Los abuelos que dejamos en el pueblo y a los que el estrés diario nos quita tiempo para visitar o incluso llamar por teléfono y que sufren la soledad durante el largo invierno.

En otro extremo, tenemos a los abuelos «explotados» que son tan necesarios en la sociedad actual donde los valores actuales no priorizan la familia ni facilitan la conciliación. Algo que lleva a las familias a necesitar que sus mayores se conviertan en cuidadores de nuevo. Esto en muchos casos genera una sobrecarga en las personas mayores e implica problemas en su salud.

Con este post me gustaría invitar a una reflexión sobre nuestro estilo de vida. Ya sé que en ocasiones nos sentimos atrapados en la rueda de hámster pero sólo tomando conciencia podemos hacer algo para cambiar. Llamar y visitar a las personas de nuestro entorno que pueden sufrir aislamiento social, programar actividades familiares que los incluyan. Gestionar correctamente el tiempo de ocio, las obligaciones domésticas y laborales es la clave para no dejarse arrastrar por el mes de septiembre.

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