Alice Ball: química contra la Lepra.

Esta mujer, Alice Ball nació en Seattle, Washington el 24 de julio de 1892.

En esta época, la enfermedad de Hansen también conocida como Lepra arrasaba entre la población. Por este motivo, la joven química centro sus estudios en desarrollar un tratamiento efectivo contra esta enfermedad. La Lepra es producida por una micobacteria llamada Mycobacterium leprae, que afecta a los nervios y se manifiesta con lesiones cutáneas que pueden causar terribles desfiguraciones.

Esta bacteria se identificó en 1873 pero los tratamientos contra ella no eran efectivos,

A principios del siglo XX, los investigadores de la época aplicaban al aceite de chaulmoogra, sustancia que se obtenía de las semillas de un árbol tropical de hoja perenne. Pero este aceite aplicado por vía oral o cutánea producía efectos secundarios molestos, como náuseas y abscesos subcutáneos. Por este motivo, los pacientes eran reacios a tomar este antídoto. Ellos preferían sufrir los efectos de la enfermedad aunque esto derivara en la muerte.

Lesión cutánea de un paciente leproso.https://www.fontilles.org/

Lesión cutánea de un paciente leproso.https://www.fontilles.org

En menos de un año, esta científica consiguió aislar los compuestos químicos del aceite, es decir, los ésteres de etilo de los ácidos grasos, y crear el primer tratamiento soluble en agua. De esta forma, consiguió reducir los efectos secundarios tan dolorosos y permitir su absorción fácilmente en la sangre. Este hallazgo se conoció como el método Hall.

Lamentablemente no todos los hallazgos importantes en la ciencia tienen un final feliz.

Alice Ball enfermó gravemente antes de poder publicar su descubrimiento. Mientras realizaba sus extracciones, sufrió un envenenamiento por cloro, ya que en esos tiempos no se usaban campanas extractoras en los obsoletos laboratorios de Química Orgánica. Murió a la edad de 24 años.

Alice Ball dejó huella en el mundo científico, siendo la primera mujer estadounidense que desarrolló el primer tratamiento efectivo contra la lepra. Este reconocimiento se obtuvo gracias a la publicación de los resultados de su estudio en una revista médica de 1922, ya que su compañero de trabajo se apropió de los méritos de la joven.

Por todo esto, debemos recordar la gran labor científica de ALICE BALL.

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