24 de Enero: “Día mundial contra la lepra”

Según la Organización Mundial de la Salud, la lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por una bacteria llamada Mycobacterium lepra.

Día mundial contra la Lepra.

 

La lepra es considerada una de las primeras enfermedades descritas en el mundo antiguo. Los primeros médicos la describían como una enfermedad altamente contagiosa y sin tratamiento conocido. Esta enfermedad se caracteriza por cambios drásticos en el aspecto físico de los enfermos. Afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos. Debido a estos conceptos, los enfermos de lepra fueron repudiados por toda la población y por ello los destinaban a unos campamentos alejados de cualquier población que más tarde recibieron el nombre de “sanatorios”.

Manifestaciones típicas de la Lepra

En 1874, el medico Gerhard Hansen consiguió aislar el bacilo Mycobacterium leprae y demostrar que era una enfermedad infecciosa y no una maldición de Dios como era considerada en esa época. Por este motivo, actualmente se conoce como la Enfermedad de Hansen.

El bacilo de Hansen es una micobacteria que se caracteriza porque en su pared celular tiene un  alto porcentaje de ácidos micólicos (alrededor del 60%),  un polisacárido ramificado denominado arabinogalactano y una fina capa de peptidoglucano. Esta complejidad en la pared hace que las micobacterias sean muy exigentes en su crecimiento y el tiempo medio para poder detectarlas en el laboratorio es de 7 a 8 semanas.

Estructura de la pared bacteriana de una micobacteria.

Los síntomas de la enfermedad de Hansen pueden aparecer después de varios años de la infección, debido a que esta micobacteria tiene un período de incubación, muy largo (6 meses a 7 años). El primer síntoma es la aparición de unas manchas cutáneas de coloración distinta a la piel que se caracterizan por la pérdida de sensibilidad al dolor y al calor. Esta fase de la enfermedad se conoce como lepra difusa y puede evolucionar hasta una lepra tuberculoide donde existe una fuerte respuesta inmunitaria o una lepra lepromatosa (fase más grave) que se caracteriza por aparición de grandes protuberancias irreversibles (nódulos) que desfiguran el rostro y extremidades del enfermo.

Cambios drásticos en la cara como consecuencia de la enfermedad.

En 1940, después de muchos estudios para su curación, se descubrió un antibiótico llamado Dapsona. Este antibiótico tan efectivo tenía una desventaja que dificultaba su cumplimiento debido a la larga duración del tratamiento. En esta década, se descubrieron también la rifampicina y clofazimina, que en combinación con la Dapsona componen el tratamiento multimedicamentoso de la Lepra.

Estructura química de la Dapsona

En 2016, la OMS publicó un manual operativo llamado Estrategia mundial contra la lepra 2016-2020: acelerar la acción hacia un mundo sin lepra, cuyo objetivo es evitar las discapacidades causadas por la lepra, especialmente entre niños.

No puedo terminar este artículo sin nombrar el Sanatorio Fontilles, asociación española sin ánimo de lucro cuyo objetivo es acabar con la Lepra y sus consecuencias. Para ello, cada año desarrolla nuevos proyectos para este fin y su labor es de extrema importancia para los pacientes con lepra.

La lepra existe y tiene curación

 

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