Damián García es estudiante de quinto de Medicina en la Universidad CEU Cardenal Herrera. Desde el primer año de carrera tuvo claro que quería realizar algún tipo de movilidad internacional. Pronto empezó a interesarse por la oferta de becas Erasmus y a informarse de qué debía hacer para poder ir a otro país a cursar parte de sus estudios. El cuatrimestre pasado «ese sueño se hizo realidad» durante su estancia en la Facultad de Medicina de la Charles University. Así nos lo cuenta el propio Damián.
Se trataba de irme a un país con una cultura lo más distinta posible a la nuestra, lejos de casa y mi gente, pero al mismo tiempo bien situado para poder viajar por Europa. La ciudad de Plzen, República Checa parecía ser el sitio adecuado. Y lo fue.
República Checa es un país más bien pequeñito, en el centro de Europa, pero lleno de historia, cosas que hacer y sitios que ver. Durante mi Erasmus no todo fue estudio y medicina. Pude visitar Chequia, los países que la rodean (Polonia, Alemania, Austria y Eslovaquia), Lituania y Hungría… la verdad que paramos más bien poco mis amigos y yo.
«Estos meses han sido como un sueño hecho realidad «
Lo cierto es que es difícil mostrar todo lo que ha supuesto para mí esta experiencia en tan solo unas líneas y tres fotos, pero voy a intentarlo…
El que quiera ir a Chequia a estudiar medicina, debería saber que los profesores si hablan inglés, pero los pacientes y las enfermeras no, así que puede que aprendan a hacer alguna anamnesis en checo (y no es fácil). También es importante saber que las clases tienden a ser mucho más prácticas (he practicado técnicas endoscópicas con un robot y unos cordones en uno de los hospitales de la universidad) y menos teóricas que aquí.
A los que os gusten los deportes, el deporte estrella en ese país es el Hockey hielo… Es mucho más rápido que el fútbol (puede que hasta más interesante desde mi punto de vista) y es más que asequible asistir a los partidos. Es tan popular que hasta hay una Liga Interuniversitaria a la que todos los alumnos acuden a animar a sus equipos.
Por último, no podía despedirme sin enseñar una foto de la catedral, en plena Plaza Central de la ciudad y, ya que estamos, de mi grupo de amigos. Sin ellos nada habría sido lo mismo.
Os dirán que os vayáis de Erasmus, que va a ser la mejor experiencia de vuestra vida, y se que a veces uno hasta se cansa de oírlo… Pero después de haberlo vivido por mí mismo, no puedo dejar de aconsejar los mismo. Estos meses han sido como un sueño hecho realidad y si pudiese repetir esta experiencia de nuevo, no lo dudaría ni un segundo.