¿De qué situación partía España en materia de política exterior al iniciarse la transición y cuáles eran las expectativas sobre la futura apertura de relaciones en democracia?
¿Cómo nos miraba Europa al iniciarse la transición, después de 38 años de dictadura al sur de los Pirineos?
¿Cómo se gestó la entrada en el entonces conocido como mercado común?
¿Cómo consiguió el primer embajador de España ante en la OTAN templar los ánimos con ciertos partidos políticos, recién legalizados, que eran contrarios al ingreso de España en la Alianza Atlántica?
¿Cómo fue nuestra participación en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa y cuán estratégico era para España participar en el proceso de Helsinki durante la transición?
¿Había rechazo al mantenimiento de las bases militares de Estados Unidos que estaban establecidas en España desde 1953?
Como jefe de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores en la primera etapa de la transición, ¿cuáles fueron las prioridades de nuestra estrategia internacional, para que resultara coherente y que España fuera un socio creíble tanto en Europa como en las Naciones Unidas?
Y ¿por qué se está intentando ahora desacreditar y deslegitimar este periodo de nuestra historia reciente que se reconoce como un caso de éxito y un modelo de reconciliación nacional pacífica en el resto del mundo?
Estas son algunas de las preguntas que hizo el día 6 de mayo de 2024 Dña. Susana Sanz, directora del proyecto de investigación sobre la crisis del Estado de Derecho en la Unión Europea, a D. Javier Rupérez Rubio, antiguo parlamentario y embajador invitado en las Jornadas sobre la Memoria y Legado de la Transición, organizadas por Universidad Cardenal Herrera CEU en el centro de la Fundación Bancaja de Valencia los días 6 a 8 de mayo.
La moderadora puso en valor el brillante y extenso currículum diplomático y político de don Javier Rupérez, quien desarrolló una buena parte de su acción profesional durante la época de la transición.
Don Javier fue senador, diputado, jefe de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores del 76 al 77, embajador ante la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación Europa del 79 al 82, primer embajador en la OTAN desde el año 82 al 83, embajador en Estados Unidos del 2000 al 2004, fue subsecretario general de Naciones Unidas y director ejecutivo del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU desde 2004 al 2007.
Durante su trayectoria profesional, se ocupó de que España cumpliera con sus obligaciones internacionales ratificando los convenios de Naciones Unidas de derechos humanos, actualizó las relaciones de España con la Santa Sede reformando el concordato, normalizó las relaciones con México, rotas desde la Segunda República, estableció relaciones diplomáticas con los países de la entonces Europa del Este, y mejoró la relaciones con otros muchos países de Hispanoamérica.
D. Javier lidió con los entresijos del trabajo diplomático en una época para la que no había manual de uso, ni plan restablecido, puesto que las relaciones exteriores de España empezaban de cero después de casi 40 años de aislamiento internacional. El invitado explicó las relaciones con Reino Unido en aquella época a cuenta de Gibraltar, y con Marruecos a cuenta del Sáhara, un territorio calificado por Naciones Unidas como territorio no autónomo, cuyo futuro debe decidir el pueblo saharaui. También relató cómo se procuró el acercamiento de España a todas las instituciones internacionales que entonces, en plena Guerra Fría, se consideraban como de corte occidental y que defendían valores democráticos, tales como el Consejo de Europa, las CCEE, la OTAN o la CSCE. También reflexionó sobre los constructivos debates que tuvieron lugar entre los distintos partidos políticos, recién legalizados, presentes en el nuevo arco parlamentario español en los inicios de la democracia.
La conversación entre don Javier Rupérez y doña Susana Sanz terminó con una loa a la transición española, esperando que el espíritu de concordia y consenso que demostraron todos los partidos políticos, así como la madurez y la altura de miras que mostró la sociedad española en esa época tan cercana de nuestra historia, vuelvan al escenario público actual.