RICHARD STOUGHTON (S. XVIII)
José María de Jaime Lorén (2010)
Datos biográficos
Nada sabemos de este personaje, tan sólo que era un farmacéutico inglés que ideó un famoso elixir que gozó de enorme fama en su época.
En 1690 el farmacéutico británico Richard Stoughton comenzó a embotellar una especie de curalotodo conocido con el nombre de “Elixir estomáquico Magno” o “Gran elixir cordial de Stoughton”. Se trataba de una bebida tónica, muy concentrada, constituida por una mezcla de ingredientes que debía poner remedio a casi todos los males, desde arreglar el estómago en las indisposiciones hasta limpiar la sangre de impurezas. Se trataba de tomar una cucharadita del elixir con un vaso de cerveza, jerez o un trago de aguardiente, y era como tomar un eficaz estimulante. El éxito fue inmediato, hasta el punto de que las cajas del producto desaparecían enseguida de los estantes.
En 1712 fue convenientemente patentada y comercializada por su inventor. Así el elixir de Stoughton se hizo pronto inmensamente popular y, como suele suceder en estos casos, pronto empezó a conocer imitadores que dieron lugar a numerosas reclamaciones y litigios por la propiedad de la fórmula original tras la muerte de su inventor, especialmente entre uno de sus hijos y la viuda de otro de ellos.
La competencia que sufrió este elixir por parte de los competidores fue constante, muchos de carácter doméstico, hasta el punto que Stoughton tuvo que buscar protección gubernamental para proteger sus derechos de patente. En sus argumentaciones señalaba que durante más de veinte años había fabricado su elixir, también conocido como “Tintura estomáquica” o “Gotas amargas”. Eso sí, nunca quiso hacer pública su composición, todo lo más señalaba que constaba de 22 ingredientes.
En un folleto publicitario recomendaba su producto para todo tipo de dolencias de estómago, con una dosis generosa de 50 a 60 gotas sobre agua, cerveza, vino blanco o una copita de brandy, “tantas veces como se quiera”.
El éxito de la fórmula inventada por Stoughton hizo que aparecieran pronto numerosos imitadores que trataban de conseguir elixires caseros similares. Surge así el libro de Eliza Smith publicado ya en Londres en 1727 titulado “El ama de casa completa”, que incluye un capítulo en el que muestra “Para hacer el elixir Stoughton”. La obra fue tan popular que conoció numerosas ediciones y reimpresiones en Gran Bretaña y América.
Gotas de Stoughton
La única referencia que tenemos de las mismas procede de una cita sobre la obra de Georges Berkeley (1685-1753) titulada “Siris. Cadena de reflexiones filosóficas y de investigaciones concernientes a las virtudes del agua de alquitrán y otros diversos temas relacionados unos con otros y naciendo unos de otros”. Este autor, considerado “filósofo de la naturaleza” en oposición al racionalismo de los físicos y matemáticos de su época, propone aplicar en la medicina el sentido común, incluso el saber popular.
Tratando del agua de brea sostiene que dispone de “las propiedades estomacales y cardiacas del Elixir propietatis, de las gotas de Stoughton y de otras muchas tinturas y extractos, con la ventaja de que es más segura por no tener espíritu de vino”. De todas formas, las gotas de Stoughton bien pudieran tratarse de su famoso elixir cordial.
Gran elixir cordial de Stoughton
La denominación farmacéutica de elixir la introdujeron los paracelsistas, y designa las preparaciones líquidas obtenidas macerando con alcohol o con otras sustancias diferentes drogas medicinales.
Hoy se sigue dando este nombre a preparaciones líquidas cuyo excipiente es el alcohol más o menos concentrado, que se obtienen por maceración, destilación o simple disolución de diferentes sustancias. En general suelen llevar además azúcar o jarabe, pues se suelen usar en farmacia como correctivos.
De la misma forma que la bebida conocida como “biter” surge de un tipo de medicación aperitiva que busca predisponer el organismo para una correcta asimilación de los alimentos, el elixir de Stoughton nace como medicamento para, enseguida, consolidarse como una bebida espirituosa de gran popularidad, usada más para disfrute gastronómico que como remedio de dolencias. Se une así a la larga lista de productos inventados en las boticas que pasaron luego a los establecimientos de bebidas convencionales.
Así, el gran elixir cordial de Stoughton o Elixir absintii compositae se prepara con una parte de acíbar, otra de corteza de cascarilla, tres de raíz de ruibarbo, ocho de sumidades de ajenjo, cinco de raíz de genciana y cuatro de corteza de naranja. Puesto a maceración todo en 200 partes de alcohol diluido.
Cadet de Gassicourt recomendaba dar de diez gotas a una dracma de este elixir en una taza de te, para la debilidad de estómago, postración de fuerzas y la atonía.
Bibliografía
CULLEN, G. (1796): Tratado de materia médica, 4, 317. Madrid
DAVIES, Rem (1988): Dr. Richard Stoughton and his great cordial elixir. Pharmaceutical Journal, 19 mars, 240, 6474, 377-381.
ORTUN, M.; ESTEVA, J. (1986): El “agua de brea”: la panacea del filósofo. Boletín de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia, 145-146, 139, 147. Madrid.
SMITH, E. (1758): El ama de casa completa o dama de compañía cumplida. 16ª ed. EEUU.
José María de Jaime Lorén
Universidad Cardenal Herrera-CEU (Moncada, Valencia)
(Agosto, 2010)