FRANÇOIS DESCROIZILLES (1751-1825)
José María de Jaime Lorén (2010)
Datos biográficos
Farmacéutico francés perteneciente a una familia normanda de honda tradición farmacéutica, pues su padre había sido ya un experto botánico. François Antoine Henry estudió humanidades en el colegio de Dieppe mientras herborizaba en compañía de su padre, y se aficionaba a la química en el laboratorio de la botica familiar. Más tarde marchó a París para estudiar en los laboratorios de Rouelle y de Thenard, regresando a Ruan con el título de Demostrador real de Química, y la certificación de suficiencia para ejercer como boticario previo examen.
Su primer éxito profesional tuvo que ver con la sidra, industria de honda tradición en Normandía que a la sazón estudiaba la forma de clarificar el mosto sin la adición de sales de plomo, como había sido lo habitual tras la lógica prohibición gubernativa.
Como de forma fraudulenta esta práctica seguía haciéndose, Descroizilles ideó un método para detectar la presencia de plomo en las sidras sospechosas mediante el hígado de azufre o trisulfuro potásico, que daba un precipitado negro de sulfuro de plomo. Presentada la correspondiente memoria en la Academia de Ciencias de París, y leída nada menos que por el propio Lavoisier, tras las comprobaciones pertinentes se aceptó el método.
Toda su vida se interesó por la sidra este farmacéutico, y así ideó también un alambique y un dispositivo que permitía determinar la riqueza alcohólica de la sidra. Estudió además un método especial de desecación de manzanas.
Pero uno de los inventos que más fama dio a Descroizilles fue el antecedente de los faros marítimos, al observar como el movimiento de los árboles por acción del viento, ocultaba y mostraba sucesivamente las luces de las casas de Dieppe cuando retornaba a su pueblo por la noche. Concibió entonces la idea de crear un faro de destellos, faro de eclipses, para orientar a los navíos al retornar a los puertos. Con la ayuda de un relojero de su ciudad fabricó un mecanismo de relojería que emitía una luz con 24 reflectores, que aparecía durante tres segundos y desaparecía durante uno alternativamente.
Se le atribuye asimismo la invención de la sencilla cafetera que hoy conocemos para preparar esta infusión. Hasta entonces lo que se hacía era moler el café tostado y colocarlo sobre una manga de tela en la que se dejaba caer el agua hirviendo, con lo que el aroma del café se dispersaba por toda la habitación perdiendo calidad la infusión.
Invitó en cierta ocasión a tomar su café a los célebres Chaptal y Fourcray, quienes celebraron la excelente calidad de la infusión e indagaron la causa. Descroizilles les mostró la cafeolette donde había preparado el café, que consistía en un cilindro agujereado en su base en el que depositaba el café en polvo, lo cubría luego con una tapadera también perforada, sobre la que vertía el agua hirviente a través de una especie de embudo, recogiendo la infusión en un recipiente inferior convenientemente adaptado.
Encargó nuestro farmacéutico a un hojalatero de Ruan algunas de estas cafeteras-filtro, pero el desaprensivo industrial marchó a París con el prototipo que mostró al abate Du Bellay que puso su nombre a la nueva cafetera, enriqueciendo de pasó al hojalatero.
Establecido en Ruan desde 1777, allí dio cursos de química y publicó algunos artículos en los “Archivos de Normandía”, pero como sus ingresos no eran muchos, decidió someterse a las pruebas que le faltaban para abrir una botica, pruebas que superó y que le permitieron ejercer su profesión. Estuvo allí nueve años, y a finales de 1887 traspasó su botica a Arvers con idea de dedicarse a la vez a otros negocios.
Durante el periodo revolucionario Descroizilles fue detenido en Ruan y más tarde puesto en libertad, siendo encargado por la Convención del estudio de la fabricación de nitro artificial y luego nombrado Inspector de pólvoras y salitres en su Departamento.
En 1806 se trasladó a París donde publicó su obra más importante, “Notices sur l’alcalimètre”, exponiendo por primera vez procedimientos exactos para el ensayo de las rosas comerciales que siguen todavía en vigor.
En la misma describe el alcalímetro de su invención, que tuvo gran importancia para controlar la fabricación de la cal y de
otros álcalis cáusticos.
Asimismo en 1818 estudiando el ácido piroleñoso y los vinagres, ideó su acetímetro para medir el grado de acidez, y en 1816 hizo fermentar melazas de azúcar para la producción de alcohol, inventando igualmente un alcohómetro y unas tablas para evaluar la graduación alcohólica de vinos y aguardientes.
Hombre inquieto e imaginativo, realizó otros muchos inventos prácticos a los que nunca supo ni quiso sacar el partido económico que ofrecían. Así murió en un estado muy próximo a la pobreza, al ser desposeído de sus bienes.
Enterrado en el célebre cementerio francés de Pére Lachaise, sus restos fueron finalmente a parar a la fosa común.
Grado Descroizilles del Berthollímetro
Antes de que Scheele, el gran farmacéutico y químico sueco descubriera el cloro, el proceso de blanqueado de los tejidos hechos con fibras vegetales se realizaba mediante exposición a los rayos solares, pero Bertholet se dio cuenta del papel que podía jugar el cloro en el blanqueamiento de las telas, por lo que propuso este nuevo método. Sin embargo las experiencias realizadas en varias fábricas de tejidos no dieron siempre el resultado apetecido, pues o bien no se conseguía un buen blanqueado cuando la cantidad de cloro era escasa, o se destruía la fibra vegetal si el cloro expuesto era en exceso, con las consiguientes pérdidas económicas.
Convencido de las bondades del procedimiento Descroizilles, trató de perfeccionar el método empleado por Berthollet para que la cantidad de cloro usada fuese la conveniente, y al efecto construyó en 1791 un instrumento, el Berthollímetro, que es la más antigua bureta que se conoce.
Consistía en un tubo de vidrio de 20 a 25 centímetros de longitud y de 14 a 16 de milímetros de diámetro, con el extremo inferior cerrado, el superior abierto provisto de un reborde, y descansando todo sobre un soporte.
A lo largo del tubo se había grabado una escala con 24 grandes divisiones, cada una de las cuales se subdividía en cuatro más pequeñas. Había también una división análoga que ocupaba el espacio entre el fondo del tubo y el extremo inferior de la escala marcada, espacio que estaba reservado para el agua de cloro o Berthollet que se iba a ensayar y que, con las otras 25 divisiones, tenía un volumen aproximado de 2 mm 3.
Después de preparar el licor de índigo, 8 gramos de indigo disueltos en 66 partes de ácido sulfúrico concentrado y completados con agua destilada hasta 88 cc., y basado en la propiedad del cloro de decolorar el índigo, el número de divisiones de este licor que había que añadir al volumen fijo del agua de cloro, daba el grado Descroizilles o grado Clorimétrico. Para que la solución bertholliana, es decir, el agua de cloro, fuese eficaz y no dañase el tejido, debía de dar 4 grados en el berthollímetro.
El descubrimiento fue de una importancia capital en el arte del blanqueo de tejidos, hasta el punto que en los treinta años siguientes se multiplicaron por veinte las manufacturas de algodón, convirtiendo a Ruan y sus alrededores en la capital europea del blanqueo del algodón.
Por este motivo Descroizilles mereció una Medalla de Oro en la Exposición de Ruan, “por haber creado una de las más perfectas instalaciones de blanqueo bertholliano que existen en Francia”.
Bibliografía
ANÓNIMO (1986): Descroizilles (Francisco Antonio Enrique). Enciclopedia Universal Ilustrada EuropeoAmericana, 18, 461. Madrid, Espasa-Calpe.
GUYOT DE FERE (1866): Nouvelle biographie generale, 13, 793-794. París.
ROLDÁN, R. (1962): Francisco Descroizilles (1751-1825). Boletín de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia, 40, Descubrimientos, inventos y adelantos científicos, 262-268. Madrid.
SIMÓN, L. (1921): François Descroizilles. Tesis Doctoral. Ruan.
José María de Jaime Lorén
Universidad Cardenal Herrera-CEU (Moncada, Valencia)
(Agosto, 2010)