Entre nervios y alegría se recibió la pasada semana al Papa Francisco en Panamá. Unas jornadas que tuvieron lugar del 22 al 27 de enero, convirtiéndose en las terceras que se celebran en América Latina, teniendo en cuenta a Buenos Aires en 1987 y Río de Janeiro en 2013.
La Jornada Mundial de la Juventud se caracteriza por reunir a todos los jóvenes del mundo, pertenecientes a distintas congregaciones y movimientos. Miles de peregrinos fueron a ver al Papa Francisco ante su llamada: «Con el recuerdo lleno de vida de nuestro encuentro en la Jornada Mundial de la Juventud del 2016 en Cracovia, nos hemos puesto en camino hacia la próxima meta que será, Dios mediante, Panamá en el 2019. Son muy importantes para mí estos momentos de encuentro y diálogo con ustedes. En este caminar nos acompaña Nuestra Madre, la Virgen María, y nos anima con su fe, la misma fe que ella expresa en su canto de alabanza. Como Madre buena los escucha, los abraza, los quiere, camina con ustedes. Les aseguro que si hacen esto no se van a arrepentir. Buen peregrinaje hacia la Jornada Mundial de la Juventud de 2019».
El Santo Padre llegó a Panamá el 23 de enero siendo recibido por el propio presidente del país. Durante los días que tuvieron lugar las esperadas jornadas se realizaron distintas actividades, eventos y actos oficiales como la ceremonia de acogida del Papa Francisco, la vigilia de adoración o la Misa campal y ceremonia de clausura.
Más allá de los actos más oficiales de esta Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco fue protagonista por acercarse a aquellas personas más desfavorecidas dándoles consuelo y ofreciéndoles la mano de la Iglesia. También se acercó a los discapacitados, a los necesitados, a los que la vida les ha arrebatado a algún familiar. En el fondo, son unas jornadas que han acogidoel sentido completo de lo que significa ser Católicos. Es por ello, que todos tenían la oportunidad de vivir con Fe estos días en la Cinta Costera de la Ciudad de Panamá.