Si quieres leer las lecturas de este domingo, pincha aquí.

Las lecturas de este domingo ponen ante nosotros la fe, la virtud que nos ayuda a vivir nuestra relación con Dios y nos pone en relación con Él. De hecho, esa es la petición de los discípulos a Jesús, que les asegura que la fe es más potente de lo que pueden imaginar.

¿Cuántas veces pensamos que nuestras fuerzas son ilimitadas? ¿Cuántas veces ha fracasado un proyecto que llevábamos entre manos? Creo que esta experiencia es completamente normal, pero muy hiriente. Y Jesús nos anima a que vivamos todo desde la fe. Eso no significa no hacer nada para ver si lo hace Dios, sino que se trata de hacer todo como si dependiera de nosotros, confiando en Dios como si todo dependiera de Él (San Ignacio de Loyola).

Por eso, la fe no nos mueve a la inactividad, sino a la disposición, como nos muestra Jesús en la parábola. Esta parábola pone en el centro, no al amo, sino al siervo. El siervo tiene una actitud de disponibilidad, de entrega. En los evangelios, Jesús no se sitúa como amo, sino como siervo. Por eso nos anima a que nosotros actuemos igual. Se trata de estar a la escucha, dispuesto a descubrir la voluntad de Dios, entregándonos en aquello que Dios nos pide. Ahora, cuando lo hacemos por la fe, sobran los méritos y creernos que somos mejor que nadie. Hemos hecho las cosas como las teníamos que hacer, de la mejor manera que hemos podido, con nuestra confianza puesta en Dios.

De ahí que San Pablo anime a Timoteo a reavivar el regalo de la gracia que ha recibido por la fe. La fe nos mueve al encuentro con Dios, y cuando descubrimos todos sus dones, estamos llamados a hacer que éstos den fruto. Por eso, pidamos hoy al Señor que nos avive la fe. Que nuestra fe nos ponga en relación con Dios, y nos ayude a vivir con entrega, poniendo todos nuestros proyectos en las manos de Dios.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí