ARMAND SÉGUIN (1768-1835)
José María de Jaime Lorén (2010)
Datos biográficos
Farmacéutico y químico francés, que se dedicó preferentemente a los estudios químicos, fue miembro correspondiente del Instituto de Francia desde su fundación, realizando con Berthollet y Fourcroy interesantes experimentos químicos aplicados a las artes.
Desde 1789 estuvo involucrado por lo menos en tres asuntos importantes de las investigaciones científicas que llevaba a cabo por entonces Lavoisier: la síntesis del agua, la fisiología de la respiración y la transpiración, donde ensayó en su propia persona algunos experimentos, así como en la determinación de técnicas de fusión y análisis del platino.
En 1790 se incorporó al consejo editorial de “Annales de Chimie”, revista de publicaciones químicas del equipo de Lavoisier. La circunstancia de haber sido asistente y miembro de este consejo editorial hasta la muerte de Lavoisier, hizo que la esposa de éste le propusiera preparar con ella las memorias de su marido, colaboración que terminó abruptamente. Según afirmó Madame Lavoisier, Marie-Anne Pierrette Paulze, Séguin daba demasiada importancia a su colaboración con Lavoisier y además se negó a condenar públicamente a sus verdugos, como intentó hacer ella misma al editar las memorias, si bien con escaso éxito pues el texto fue censurado.
Además de algunos artículos publicados sobre asuntos de farmacia, con Antoine François de Fourcroy y Louis Nicolas Vauquelin publicó un trabajo muy interesante acerca de la composición del agua, en el que propone que el agua sólo está compuesta de oxígeno e hidrógeno, dando la relación de pesos 2,052 para el hidrógeno y 1’0 para el oxígeno en la molécula de agua.
Como hemos dicho, fue también amigo personal de Lavoiser con que el colaboró y publicó las memorias “Sur la transpiration des animaux” (París, 1790), y “Opinión sur l’analogie entre la transpiration et la respiration” (París, 1794). Estos trabajos, en los que Séguin experimentó repetidas veces en su propio organismo, vino a refutar la teoría del calórico, pero se basaba fundamentalmente en las ideas de Lavoisier y en la colaboración inestimable de su esposa, que le tradujo y criticó obras vitales para el trabajo del sabio.
La revista del Instituto de Francia dio a conocer asimismo otras obras de Séguin: “Sobre el calórico y sus diferentes efectos”, “Sobre las sensaciones … relativas al calor y frío”, “Sobre la salubridad e insalubridad del aire atmosférico”, “Sobre la quina”, etc.
Pero el gran invento de Séguin fue el método de curtido de pieles que ideó y que patentó en 1795. Ese mismo año obtuvo la exclusiva para proveer de correajes al ejército francés, estableciendo al efecto dos grandes fábricas de curtido de pieles, en una época que, por el gran incremento que tomaron las fuerzas del ejército francés, le proporcionaron una considerable fortuna, hasta el extremo que en la época del Consulado se convirtió en uno de los principales banqueros de Napoleón. De poco le sirvió, pues ante las exigencias del Emperador se indispuso con él y acabó en la cárcel, de la que no salió hasta la caída del Imperio.
La cómoda posición económica que adquirió le permitió disponer de un magnífico laboratorio, donde se formaron químicos como Courtois, el descubridor del yodo, pero también para desarrollar sus propias investigaciones, como las que llevó a cabo sobre el opio que al parecer le llevaron a aislar la morfina de forma paralela y por el mismo tiempo que lo hiciera Sertürner en Alemania. Con la diferencia que éste lo publicó en 1805 y Séguin, que no logró determinar la naturaleza exacta de la nueva sustancia, no lo verá impreso hasta 1814 por un retraso inexplicable de los editores del Instituto de Francia.
Método de curtido de Séguin
Armand Seguin se desvinculó por completo de la investigación científica en 1794, cuando dio comienzo su actividad empresarial tras inventar ese mismo año una nueva forma de curtido de cueros, que reducía a pocos días lo que en otros procesos llevaba meses. Como Francia estaba envuelta en grandes guerras, su invención cobró una importancia relevante en el equipamiento de la caballería y del ejército francés. Napoleón le cedió la Île Seguin, en Boulougne Billacourt, donde instaló su planta de curtido de cueros, gracias a la cual se hizo inmensamente rico. En 1795 recibió 18.000 francos del gobierno para comenzar sus actividades.
El hallazgo consistía básicamente en reconocer que los materiales tánicos contienen un principio soluble en agua que se combina con la piel para hacer el cuero insoluble, aísla la gelatina de la piel y hace precipitar al tanino. De aquí nace la industria del curtido por el método de Séguin, basada en utilizar soluciones concentradas crecientes, y en una acidificación débil con ácido sulfúrico al 0’7 %.
Bibliografía
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BLAS, L. (1947): Biografías y descubrimientos químicos. Madrid, Aguilar, 187.
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GILLISPIE, C. (1970): Dictionary of Scientific Biography, 12, 286-287. New York.
ROLDÁN, R. (1962): Armando Seguin (1768-1835). Boletín de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia, 42, Descubrimientos, inventos y adelantos científicos, 317-319. Madrid
José María de Jaime Lorén
Universidad Cardenal Herrera-CEU (Moncada, Valencia)
(Septiembre, 2010)