Con la escusa de la pasada conferencia que tuvimos en nuestra universidad impartida por José Luis Pinilla, reelegido director episcopal de migraciones donde se abordó el tema sobre el reto de la crisis migratoria queremos hablaros de la labor que la Comisión Episcopal de Migraciones lleva a cabo.
El Trabajo pastoral de esta Comisión está dedicado a atender a todos los grupos de personas que por diversos motivos están relacionados con el mundo de la movilidad humana.
Los migrantes (inmigrantes y emigrantes), refugiados, mujeres de la calle, niños y jóvenes en riesgo, gitanos, apostolado del mar, la pastoral de la carretera, o en ferias y circos, así como estudiantes internacionales fuera de su país. Se ocupa pues, del estudio y de la aplicación de la pastoral integral para los grupos de la llamada la movilidad humana, población que carece en bastantes casos de domicilio estable o está en situación migratoria, así como para las personas que viven en condiciones análogas. Cada uno de estos 10 grupos tiene su departamento o sección, con su obispo responsable en la Comisión, además del director del secretariado. Son aquellos grupos de personas que por su propia condición de vida no pueden gozar del servicio ordinario de los párrocos o comunidades y/o se ven privados o limitados en su asistencia.
La realidad de la inmigración en España está marcada “por el aumento extraordinario, rápido y plural de inmigrantes en los últimos años lo que nos exige reflexionar sobre los problemas que plantea su integración. Junto a la labor social y de promoción, la Comisión Episcopal de Migraciones trabaja e invita a cuidar también la dimensión más netamente pastoral, el servicio a la fe, y no sólo los servicios que brotan de la fe, el reto nada fácil de ofrecerles a Jesucristo junto con nuestro testimonio de caridad cristiana ”
El inmigrante tiene una primera necesidad de que se le escuche, de que se le considere, de que se le tenga en cuenta como persona en la vida política y social del país de acogida así como en la comunidad cristiana de referencia. Esta acogida debe constituir una etapa intermedia a la integración plena pero nunca la meta final. El trabajo pastoral se preocupa de concienciar a la Iglesia y a la sociedad de la necesidad de crear estructuras de acogida justas, personal formado y cualificado y medios adecuados que posibiliten a los que llegan el ejercicio de su libertad, de sus derechos y deberes como ciudadanos, siendo así reflejo de la misión de la Iglesia, la caridad.
Este Departamento también asume y orienta pastoralmente la solicitud de la Iglesia por los que viven en la calle, es decir las mujeres y los chicos de la calle, y los “sin techo” (clochards), etc, siguiendo las exigencias de una realidad pastoral y específica que se inserta en el impulso misionero de la Iglesia.
Para saber más visita la página oficial de la Conferencia Episcopal Española