De las aulas del CEU al ABC

angieMi nombre es Angie Calero y soy licenciada en Periodismo por la Universidad CEU Cardenal Herrera.   Mi relación con ABC se remonta a primero de carrera, cuando cruzaba la plaza del ayuntamiento de Valencia y veía las luces de la redacción encendidas y el neón con las siglas de este periódico centenario. Mi padre leía todos los días el periódico y me enseñaba los artículos más destacados. Entre ellos siempre se encontraba la columna de opinión de Ignacio Camacho. “Algún día trabajaré ahí”, decía mientras me dirigía hacia la calle de las barcas. Años después, en cuarto de carrera y gracias a unas prácticas que me proporcionó la Universidad, acabé trabajando en la delegación de ABC Comunidad Valenciana durante tres meses. Cuando terminaron las prácticas salí de la redacción pensando que volvería. Y así fue. Cada cierto tiempo me pasaba por allí, saludaba y le proponía a mi jefe temas para publicar. El verano siguiente volví y trabajé otros tres meses como becaria gracias a las becas del CEU. El último día de prácticas no dejé de llorar. Pero tenía un piso en Madrid esperándome para comenzar el máster que ofrece ABC.

angie 4Dejar Valencia suponía empezar una nueva vida lejos de mis padres y de mis amigos. Me fui de allí pensando que dentro de unos años volvería con un puesto de trabajo en algún medio de comunicación valenciano. Gracias al master  conocí a 14 compañeros geniales y aprendí de Alfonso Armada, nuestro director, que nos dio la oportunidad de conocer a periodistas como Ramón Lobo, Leila Guerriero o Javier Ayuso. Leí a Gay Talese, disfruté de publicaciones como Etiqueta Negra y pasé nueve meses discutiendo con mis compañeros sobre si una coma estaba bien o mal puesta y sobre los laísmos propios de la capital. El master terminó en abril de 2014 y los 15 alumnos nos incorporamos a la redacción. Después de cinco meses, cuando terminaron las prácticas, me quedé como colaboradora de la sección en la que había estado como becaria. Yo quería cubrir sucesos y tribunales, pero el destino quiso que terminase en Gentestilo. Una sección que no me gustaba y de la que ahora no quiero salir. Ahí he aprendido que se puede hacer una “prensa rosa” de calidad donde se respete a la gente.

bustamanteConstantemente he tenido debates internos sobre métodos (más o menos éticos) para conseguir información. Aquí me he preguntado desde si un texto se debe enviar a la persona implicada antes de ser publicado (la respuesta es no, nunca), e incluso me he llegado a plantear hasta qué punto hay que preguntarle a alguien sobre su vida privada y su deuda con hacienda (algo que me pasó entrevistando a Lolita Flores. Ahí recordé que el deber del periodista es preguntar y el del entrevistado negarse a responder). He podido experimentar el subidón de adrenalina que supone volver a casa por la noche sabiendo que al día siguiente habrá una exclusiva de dos páginas en el periódico. Con el transcurso de los días iba recordando muchas de las razones por las que decidí estudiar Periodismo, como contar historias o investigar sobre un tema. También he sabido valorar la importancia de los datos y contrastar la información varias veces. Isabel Gutiérrez y Emilia Landaluce, mis jefas en la sección, me dieron dos lecciones que nunca olvidaré. “Si tienes un número de teléfono, utilízalo y pregunta siempre”, me dijo la primera. “Cuida muchísimo tu firma, es lo más importante que tienes”, me comentó la segunda.

angie 3La abdicación de Don Juan Carlos, la proclamación de Felipe VI, el asesinato de Isabel Carrasco, el arresto de Francis Montesinos o la crisis del ébola son algunos de los temas más candentes que he vivido en la redacción. Gracias a todas estas experiencias informativas he aprendido que un medio siempre debe ser crítico con lo que hace. Muchas veces (sobre todo los periodistas más jóvenes) nos hemos planteado hasta qué punto el fenómeno internet ha terminado con el periodismo (es un debate interminable). La web de un medio de comunicación siempre pide más clics y muchas veces parece que la rapidez está por encima de la calidad de las informaciones. Siempre hay que ser los primeros y hay que cerrar el número de visitas por encima del mes anterior. Durante los cinco años de carrera soñábamos con hacer periodismo de verdad, los más utópicos pensábamos en ser los nuevos Woodward y Bernstein, hasta que las primeras gotas de internet te acarician la cara y se convierte en un ciclón que no se va a desplazar por mucho viento que haga. Pese a todo, yo creo en la calidad en internet y en que siempre habrá historias que contar, esa es la única razón por la que estudié periodismo.

angie 5 Mi experiencia profesional me ha permitido dar voz a mucha gente. Desde a una Isabel Pantoja recluida en casa cuando se conoce la sentencia que la condena a dos años de cárcel, pasando por David Bustamante (que me sorprendió muy gratamente) o la cantante Anastacia y su lucha contra el cáncer de mama.  También he tenido la suerte de entrevistar artistas y cubrir eventos como podéis ver en las fotografías y en este link (http://www.abc.es/hemeroteca/angie+calero).

“El periodismo es el mejor oficio del mundo”, apostilló en una ocasión Gabriel García Márquez. No se equivocaba. Pero también es una de las profesiones más duras. Yo decidí arriesgar y todavía hay días en los que me levanto y pienso en tirar la toalla y reinventarme. Por eso, desde mi humilde punto de vista, en esta profesión solo se resiste si uno tiene una gran vocación.

 

 

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